El Logroño no sabe ganar en Europa

Los partidos en casa hay que sacarlos adelante. Con esa premisa salió el Ciudad de Logroño al parqué del Palacio de los Deportes. Con las ideas claras desde el principio y con un afilado Álvaro Preciado y un sólido Kristof Palasics bajo palos, el equipo franjivino empezó a abrir hueco rápidamente. Con un juego vertical, los riojanos penetraban por el centro de la defensa macedonia, que no respondía a la velocidad de la primera línea local.

Sin embargo, sin aporte en su portería (el cubano Romero fue rápidamente reemplazado sin éxito por Trajkoski), el Alkaloid se fue enganchando de a poco al partido, aprovechando algunos despistes defensivos. Los azules intentaban aprovechar su velocidad y juventud para hacer daño al contragol y en esa primera parte Arnaud Bingo anotó media docena de tantos ante una retaguardia a la que le costaba el balance defensivo.

Pese a empatar varias veces el encuentro, eran los riojanos los que marcaban el ritmo del encuentro. Ismael El Korchi sustituyó a Preciado como central y el madrileño volvió a jugar con seriedad y a abrir otra vez una diferencia de dos y tres goles al tiempo que Kiril Lazarov protestaba desde la banda, interactuando, quizás demasiado, con la afición local.

Al Logroño le faltaba cerrar la defensa para poder sentenciar el encuentro. Palasics respondía mucho más que sus colegas del Alkaloid y los franjivino aprovecharon el buen momento del húngaro para marcharse a vestuarios con una renta de tres goles (18-15). Solo le faltaba al conjunto logroñés dar el tiro de gracia.

Pero lejos de sentenciar, el Ciudad de Logroño enmarañó inexplicablemente su juego, cometió errores de bulto en los primeros minutos de la segunda parte y el Alkaloid remontó un partido que tenía otro color y que obligó a Velasco a solicitar tiempo muerto en el 37 (20-21).

Fueron los peores minutos del cuadro riojano, sin puntería en ataque, atascado y sin ideas y demasiado blando en defensa, el Alkaloid tomó el mando del partido ante un equipo que parecía agotado. Con la ayuda del público, el Ciudad de Logroño se volvió a enganchar al choque e incluso lo pasó a comandar con una renta de tres goles a cinco minutos del final. Pero los de Velasco volvieron a las andadas, a la mala gestión de tiro y a cometer errores importantes que podrían ser clave de cara a la siguiente ronda. Tuvo balón para empatar, con 8 segundos por delante, pero nuevamente el agotamiento psicológico pudo con los franjivino.