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@CBCLAVIJO

Rompiendo la regla

El Robusta Clavijo estrenó la temporada con una derrota (80-84) ante un Oviedo más hecho tras un partido en el que se vieron buenos mimbres pero falta de cohesión en los minutos decisivos

Luismi Cámara

Logroño

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Viernes, 29 de septiembre 2017

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Tocaba ganar. En la jornada inaugural de la séptima campaña del Clavijo en la LEB Oro la victoria era el resultado más lógico si se mantenía la serie histórica desde que el club riojano se abrió hueco en la categoría de plata del baloncesto español.

En los seis partidos anteriores con los que los logroñeses abrieron cada liga regular los triunfos y las derrotas se alternaron. En el primer año -campaña 2011/12- se superó al León (93-73), el siguiente se cayó en Alicante frente al Lucentum (118-115), el tercero se recuperó a la senda positiva ante el filial del Barça (74-66), el cuarto año el entonces Cocinas.com cedió con el Ourense (71-47), el Prat fue la última víctima inaugural (81-108) y en la 2016/17 se perdió con estrépito en el Palacio contra el Breogán (87-109).

Así que este nuevo proyecto debía empezar con victoria. Necesitaba empezar con victoria. Porque el último recuerdo que quedaba del equipo era el amargo sabor del descenso hace apenas unos meses, salvado después en los despachos, como puntilla final a una campaña repleta de sinsabores y escasa de alegrías.

Jenaro Díaz se estrenaba en el Palacio ante la que va a ser su afición en un año en el que tiene la complicada papeleta de ilusionar a una hinchada desanimada que acabó por dejar de lado al equipo. De primeras, las gradas no tenían ese brillo del estreno. Estaban los habituales, con la peña El Mate al frente, pero faltaban los enganchados, los que se van agarrando al equipo con los subidones y las buenas noticias. Eso es lo que se tiene que ganar el equipo, poco a poco. Parece que va a llevar tiempo y mucho trabajo. De momento, se mostró energético en la banda, ha dejado colgado el traje y ha decidido mostrar una imagen informal en el vestir, con un aire joven y cercano a lo que pretende mostrar con el equipo.

Pero el comienzo no ha sido precisamente el deseado. Más por el resultado, la primera derrota de la temporada por 80-84, que por lo que el equipo transmite. La lectura no tiene por qué ser totalmente negativa. Es evidente que al equipo le falta todavía mucho rodaje, cohesión, regularidad y aceite en el engranaje pero parece que los mimbres pueden ser buenos para el viaje, a la espera todavía del nigeriano Moto.

Llegaba al Palacio de los Deportes el Unión Financiera Oviedo, uno de los mejores equipos de la pasada campaña, con jugadores importantes fuera ya del equipo pero con refuerzos de mucho valor, como Arteaga. El veterano poste mostró ya en los primeros minutos de juego los problemas a los que se va a enfrentar el Clavijo cuando se encuentre con rivales con postes de altura y peso. El pívot visitante se hizo fuerte en la zona y dominó s sus anchas (pese a los intentos de Yates) ante los interiores locales, más móviles pero menos bajos y corpulentos y sin la experiencia y la paciencia del contrario. En los cuatro minutos y medio que le duró el aliento el Oviedo logró la primera renta importante del choque (2-9) con siete puntos de Arteaga.

Su marcha al banquillo equilibró las fuerzas. El Robusta mostró entonces algunas de las cualidades que quiere ver Díez en los suyos, mucha actividad en las dos canastas, transiciones rápidas, valentía para tomar decisiones, salidas constantes desde el banquillo y un Tre Coggins que está llamado a ser la referencia ofensiva de los azules.

Un triple del estadounidense y otro de Bravo puso el empate a 13, pero el atasco ofensivo en los instantes finales permitió adquirir la máxima renta al Oviedo justo para cerrar el cuarto inicial (15-23).

El mal trago pasó pronto porque Yates decidió hacerse amo y señor bajo los aros, apoyado por Gutenius, hasta dar la primera ventaja al Clavijo (26-25). Precisamente el sueco, el más acertado a la hora de contener a Arteaga, fue el encargado de dar la máxima ventaja de la primera mitad a los suyos con un triple (38-34) con su facilidad para abrirse y lanzar desde la larga distancia.

Al descanso (38-38), mucho debate de cuadrillas sobre las primeras sensaciones que transmitía el nuevo Robusta y, en general, el buen ‘feeling’ era la principal conclusión. Pero esta afición está ya acostumbrada a llevarse los disgustos según se acerca el final de los partidos, es lo que le ha tocado vivir muchas tardes en los últimos tiempos.

Oficio y calidad, Cárdenas y Arteaga

La segunda mitad comenzó con un Arteaga dominante previo al concurso de triples cruzados. A los dos del Clavijo, respondió Oviedo con otros tres, dos de ellos de un acertado Belemene. Los asturianos salían beneficiados a los puntos en este intercambio de golpes (44-49). Los logroñeses no encontraban la regularidad suficiente para retomar el mando del partido del que había disfrutado durante unos instantes. Mientras, el contrario iba sumando puntos de manera costosa, con tiros libres y alguna incursión de Maynard, pero le bastaba para mirar a los de Díaz por encima del hombro antes de entrar en el cuarto decisivo (54-57).

El estadounidense seguía manteniendo a los suyos y el Robusta no acababa de enlazar tres acciones seguidas para asustar a los de Carles Marco y acabar de meterse en el partido junto a una hinchada que se había animado al ritmo de los suyo. El Oviedo, sin embargo, cuando veía a los locales igualar el duelo, tiraba de oficio y de la calidad de dos de sus pilares , Cárdenas y Arteaga, para tomar aire (67-72, minuto 35). Con los nervios más templados, los asturianos seguían fiando su suerte a su as, con ataques estáticos que siempre pasaban por su cinco.

El partido estaba en dos jugadas, pero el Clavijo no lograba enlazarlas cuando tuvo la oportunidad. Y comenzó a jugar contra el reloj. Mientras, Arteaga se cobraba sus víctimas, con las eliminaciones de Gutenius y Yates, sus dos defensores.

El Oviedo, en los instantes en los que se jugaba la victoria, mostró más hecho, más conjuntado, ante un Clavijo en el que los jugadores buscaron batallas personales ganadoras con mal resultado. Los verdes no se precipitaron y dejaron correr los minutos con ataques largos que acababan encontrando las grietas y la línea de personal, desde la que se mostraron muy fiables (72-79).

Los triples de Quintela y los arrestos finales no sirvieron para encontrar el milagro y la primera derrota del curso cayó para el Clavijo, pese a que la historia decía que no tocaba. Pero tocó. Y, pese a todo, el equipo se fue entre gritos de “¡Clavijo, Clavijo!”.

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