«La verdura es la mejor medicina para nuestro cuerpo»
A sus 80 años, esta cerverana afincada en Pamplona acaba de presentar su vigésimo quinto libro de cocina con el título de 'Te quiero verde'
Angelita Alfaro nació hace 81 años (los hará el próximo 1 de marzo) en Cervera de Río Alhama, aunque reconoce con mucha pena que, con 17 años y «porque el trabajo con las alpargatas ya no daba más», se tuvo que marchar a 'servir' a Pamplona. Desde entonces reside en la capital navarra, aunque no olvida sus orígenes y por ello, «tengo a Santa Ana –patrona de Cervera– en la cabecera de mi cama y está aburrida ya de tanto pedirle cosas. A San Gil le pido menos, porque como somos del otro barrio...».
Con la simpatía de una lúcida octogenaria, Angelita Alfaro recuerda cómo comenzó en el mundo de la cocina al lado de su madre y cómo ha llegado a escribir 25 libros de cocina, «más que Karlos Arguiñano», el último de ellos, presentado recientemente bajo el título de 'Te quiero verde'. «Yo quería que se titulara, 'Verde que te quiero verde' porque va de verduras, pero los de la editorial me dijeron que ése era un verso muy famoso y que no podía ser, así que lo dejamos en 'Te quiero verde'.
El último libro de su prolífica carrera literaria, siempre con la cocina y la gastronomía como eje conductor, recoge bien lo que es Angelita Alfaro: «Es un libro de recetas de las de toda la vida, de las que hacen las madres y, como decimos en Cervera, de las que se pegan al riñón. Nada de esas que son diminutas elaboraciones y se sirven en platos grandes». Pero además, de las recetas, acompaña algunas elaboraciones con poesías que ella misma ha creado. «Es que a mí me gusta escribir más que a los notarios», asegura, «y hace más de 30 años que escribo mis poesías».
Atrás ha dejado los tiempos difíciles en Cervera. «Mi madre era la cocinera del comedor escolar. Como había mucha pobreza, en el colegio tenía a 108 niños para darles de comer. Yo le ayudaba cuando podía pero ella me decía que 'ya habrá tiempo para que cocines' y luego por las tardes, yo hacía alpargatas, pero el trabajo comenzó a faltar y me tuve que ir a Pamplona. Yo quería ser cocinera, pero a mí me ponían a servir porque era joven y guapa».
Trabajar para ayudar
El trabajo no le asustaba porque ya en el pueblo, de niña aprovechaba cualquier tiempo libre para echar una mano en casa: «Los sábados yo repartía el pescado de la Primi al médico, al cura, a la Guardia Civil y luego por la tarde iba a casa de José Iñarre a hacer trenzas para las alpargatas. Luego los domingos era la niñera de ocho chavales», recuerda con claridad.
Ya en Pamplona, «mi tía Marcelina me dijo que con lo bien que redactaba que escribiera un libro de cocina. Yo escribía mucho, pero no sabía nada. Y ya cuando era mayor, me dijeron que había un curso de mecanografía del INEM y que me apuntara. Allí fui yo, con mis 47 años, con 'mocicos' de 17. Era la madre de todos. Ellos se preparaban para oposiciones, para trabajar en oficinas, yo no... Así que les pedí que me dejaran escribir de lo que quisiera y así junté 435 folios con 435 recetas con las que me presenté en una editorial en San Sebastián y me dijeron que ellos se encargaban de editarlo», comenta mientras está pendiente de «unas albóndigas deliciosas que estoy preparando para mañana».
«Mi plato favorito son las patatas con chorizo y unos fardelejos de postre», afirma Angelita
De esa forma escribió su primer libro, «con las recetas que había aprendido de mi madre y de mis tías Aurora, Julia, Martina... Yo siempre escribo de comida tradicional navarra y riojana. Nunca me olvido de La Rioja y de sus verduras que son exquisitas y además, son la mejor medicina para nuestro cuerpo». No obstante, reconoce que su plato favorito son «las patatas con chorizo y unos fardelejos de almendra como postre».
Ahora, cuando echa la vista atrás reconoce que le parece un sueño «haber escrito tres libros de recetas para Planeta» y con modestia, añade: «Tengo escritos más libros que Arguiñano, pero porque yo empecé mucho antes».
Todo lo que esta cerverana sabe de cocina –y que lo ha contado en RNE, la Cadena Ser, Onda Cero e incluso en una serie de programas del Canal Cocina, además de en sus 25 libros– lo ha aprendido de forma autodidacta «porque yo no he ido nunca a una escuela de cocina» aunque muchas veces ha estado cerca de los mejores. De hecho, recuerda emocionada un homenaje que el Basque Culinary Center tributó al gran maestro de los cocineros vascos, Luis Irízar, ahora fallecido. «Allí había unos 200 cocineros, bueno, 199 cocineros y una cocinera que era yo. La única. Irízar fue un gran hombre. Me ha dado mucha pena su reciente pérdida».