Chocolate Dubái, el dulce más buscado
Este producto, que ha pasado de ser un antojo a convertirse en viral en menos de cuatro años, se elabora con chocolate con leche, crema de pistacho y kataifi, que es el que pone el punto de originalidad
En 2019, Khaled Alsmi abrió en la calle Cigüeña un obrador desde donde elabora repostería tradicional de su país, Siria. Él, como muchos otros compatriotas, ... se vio forzado por la guerra a abandonar su país. Y recaló en Logroño junto a su mujer, Dorsaf, con quien regenta Pastelería Damasco y continua con el legado que su abuelo y su padre tan bien le habían sabido transmitir. El principal obstáculo ha sido el lenguaje. Con 45 años, Alsmi se vio en un país nuevo y se tuvo que enfrentar también a un idioma nuevo. Es Dorsaf quien se expresa sin problemas en castellano y también es ella quien le animó en septiembre de 2024, siguiendo las tendencias que veía en Instagram y Tik Tok, a ofrecer en su pastelería artesana uno de los productos más demandados, el chocolate Dubái.
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No hace falta remontarse mucho para conocer el origen de este producto. Nació en 2021 de un antojo de su creadora, la británico-egipcia Sarah Hamouda, que residía precisamente en Dubái. En su segundo embarazo, los recuerdos a sabores de Medio Oriente fueron en aumento, en concreto el del kanafe, postre árabe horneado, que va bañado en almíbar, y se elabora con fideos (tipo cabello de ángel), se rellena de quesos y va decorado por encima con pistachos triturados, y es muy típico en Turquía, Egipto, Líbano, Jordania o Siria. Ella incorporó el chocolate con leche.
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Hamouda vio el potencial de su creación y se lanzó a fundar FIX Dessert Chocolatier, la empresa con la que llevó a la cima mundial la tableta de chocolate Dubái, bajo el nombre de 'Can't Get Knafeh of It', que aunaba el chocolate con leche, la crema de pistacho y el kataifi –una masa hecha a base de harina de trigo y agua, que va desmenuzada en forma de finos hilos–.
Gracias a influencers y a las redes sociales, pronto se hizo popular el chocolate Dubái. Dorsaf se sumó a la tendencia. «En Siria es muy típico el kanafe y nos animamos a hacer nosotros mismos el chocolate Dubái». Defensores como son ellos de la pastelería artesana, mantienen esa filosofía en la elaboración de ese dulce. «Es un postre muy diferente a cualquier otro chocolate; será por el kataifi, que queda crujiente cuando lo fríes».
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Chocolate Dubái
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Historia: 2021: Nació fruto de un antojo de su creadora, la británico-egipcia Sarah Hamouda, que residía en aquel momento en Dubái. Montó su propia empresa y gracias a las redes sociales este dulce se ha vuelto viral.
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Receta: Recuerdos a Oriente Medio: Este postre se elabora con chocolate con leche, crema de pistacho y kataifi, una masa hecha a base de harina de trigo y agua, que va desmenuzada en forma de finos hilos, y que se fríe, lo que da la textura crujiente al interior, que es lo que caracteriza al chocolate Dubái. Por encima suele decorarse con pistachos triturados.
El proceso artesanal les obliga a pequeñas producciones. «Compramos el chocolate con leche y lo fundimos al baño maría; el kataifi lo freímos en sartén. Hay que dejarlo descansar. También preparamos nosotros la crema de pistacho. Hay que molerlos y una parte hay que triturarla. Después se monta el chocolate con el kataifi y la crema de pistacho. Y vamos rellenando los moldes. Es un trabajo muy artesano».
Además de las tabletas de chocolate Dubái –una parte del dinero conseguido con su venta lo destinan a pagar el implante coclear de su hijo, que se ha estropeado–, utilizan este dulce de moda en las baklavas y en sus nidos. Pero Dorsaf y su marido afrontan otros retos. «Trabajábamos con un proveedor, pero cerró. La materia prima cada vez está más cara, hemos tenido que buscar un proveedor nuevo, pero vemos que cada vez es más costoso». Porque la viralización del chocolate Dubái, además del auge de la utilización del pistacho para otros productos de repostería, ha implicado su encarecimiento, que se ha sumado al mayor coste de otras materias primas.
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Delicias sirias que elaboran de manera artesana en su obrador
Dorsaf y Khaled abrieron Pastelería Damasco porque en Logroño no existía por aquel entonces un obrador de dulces típicos de Siria. Por ello, en su establecimiento, además de baklava, se puede comprar hojaldre relleno con frutos secos (avellana, anacardo, almendra, etc.), así como sus nidos que preparan con pasta kataifi y que rellenan con chocolate con leche y avellana. También elaboran por encargo comida siria y tienen té negro, muy típico de su país. «Aquí la gente está más acostumbrada al té verde, pero el nuestro es muy diferente», concluye Dorsaf.
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