Aitor Esnal, en los fogones de la cocina de Wine Fandango. Justo Rodriguez

Un nuevo volver a empezar en la hostelería

Los restaurantes de La Rioja vuelven a abrir sus puertas, después de un mesde cierre obligatorio, con optimismo y esperanza, pero no sin cierto recelo ante lo que puede estar por venir

César Álvarez

Logroño

Sábado, 27 de febrero 2021

Cerrar es rápido, pero abrir no lo es tanto. De hecho, mientras algunos restaurantes han abierto desde el pasado lunes, por ejemplo, El Quizál de Autol, otros logroñeses como La Cocina de Ramón esperaron al miércoles y, el Iruña, no lo hará hasta pasado mañana lunes, con el nuevo mes. Levantar la verja en un restaurante implica horas de trabajo previo para tener listas las elaboraciones que han de servir de base, volver a llenar las cámaras de esos productos perecederos que no se han podido conservar todo este mes y someter al local a una exhaustiva limpieza –y más en estas circunstancias– y luego, el equipo. «El equipo también se oxida», reconoce Aitor Esnal, el hombre que comanda los fogones del Wine Fandango: «Cada vez que volvemos a abrir después de un cierre vemos que nos cuesta unos días arrancar la maquinaria, por eso nos viene bien abrir cuanto antes, al margen del tema económico..».

Publicidad

Y es que la economía pesa, pero, aún así, los hosteleros son optimistas. «No queda otra», admite Ramón Piñeiro, de la Cocina de Ramón y La Parrilla Riojana, quien ha apostado 'a la grande': «Tenía dos opciones. Abrir con mucha cautela o intentar ir a trabajar al máximo, y me he decantado por esto último. He sacado del ERTEtanto a la plantilla de La Cocina de Ramón como a la de La Parrilla Riojana y los voy a juntar en La Cocina y vamos a intentar trabajar a tope ahí. Además de atender el restaurante, con todas las limitaciones, vamos a sacar la terraza a la calle para que se utilice cuando el tiempo lo permita. También voy a mantener el servicio de comida para recoger en el local y voy a comenzar a trabajar con una empresa para el reparto de comida a domicilio... así que vamos a por todas», señala Piñeiro.

Ramón Piñeiro limpia verdura y hortalizas frescas; abajo, Manuel López-Samaniego, de El Quizal. Justo Rodriguez

Esnal también manifiesta su optimismo: «Es cierto que la situación se puede torcer, pero está mejorando y hay que quedarse con eso. Seamos optimistas. ¡Qué puedo decir yo si dentro de un mes tengo previsto abrir un restaurante!», señala.

Un poco menos optimista se mostró Manu López-Samaniego, quien 'comanda' el restaurante El Quizal de Autol. «Abrimos, pero con mucho miedo. El último cierre nos ha machacado. Económicamente ya estábamos todos muy tocados, pero es que ahora con la incertidumbre y el miedo se te quitan hasta las ganas de trabajar», lamenta. «Ya hemos gastado todos los cartuchos que teníamos y no tenemos más reservas económicas. En nuestro caso concreto, en mayo cumpliremos cuatro años con el restaurante... y si hay otro cierre será mortal».

A pesar de estar situado en una localidad pequeña, El Quizal no notará el confinamiento perimetral de la comunidad porque «nuestra clientela es de la zona. Estamos en un área inmensamente rica con bastante industria en Arnedo, e incluso aquí en Autol, y nuestra clientela es esa. Por eso, tampoco nos afecta el horario nocturno. Nosotros solo trabajamos las comidas», explica.

Publicidad

En Lardero, Pedro de La Bodega La Dori ha abierto sus puertas y trabaja como puede. «Nosotros somos un restaurante peculiar porque solo admitimos grupos de más de 15 personas. Solo hay un grupo en el local y, ahora, las 15 personas también se han convertido en el máximo porque ése es nuestro 30% del aforo, a los que ahora dividimos en mesas de seis comensales», manifiesta.

En La Dori agradecen que, al menos, se haya levantado el confinamiento municipal «lógicamente, sin la gente que puede venir de Logroño estamos muertos». Esta primera semana han tenido un par de grupos en su casa: «Un día fueron médicos y otro enfermeras. Son grupos que ya están vacunados y, aún con todas las precauciones, quieren juntarse a comer. Para la semana próxima, un grupo de comerciales también ha reservado... vamos a ir viendo cómo va la cosa».

Publicidad

«No somos el problema, sino una parte de la solución»

Francisco Martínez-Bergés representa al sector de la hostelería en la Federación de Empresas de La Rioja (FER) y también exhibe optimismo ante la 'reapertura' de los establecimientos: «Hay que ser optimistas porque el permiso de apertura tiene una doble lectura. Por una parte, si nos dejan abrir es porque la pandemia afloja y la previsión es que la incidencia siga bajando; y, por otra, aunque tengamos que afrontar las restricciones, algo vamos a poder empezar a facturar. Aunque sean 20 euros, serán bienvenidos porque ya no teníamos nada de reserva».

Martínez-Bergés admite que hay situaciones muy complicadas en el sector porque «lo que nos dan no nos llega ni para hacer frente a los gastos de un local que ha estado cerrado durante un mes. Encima, ya hemos estado así muchos y, además, únicamente le han dado esas ayudas a una parte muy pequeña del sector. Es muy triste ver que hay compañeros que no pueden abrir».

En cualquier caso, el optimismo con el que quiere enfrentarse el sector a la nueva situación contrasta –en opinión del directivo de la FER– con la reacción del ciudadano: «La gente ha cogido miedo porque se les ha dicho que en nuestros establecimientos hay peligro» y lo que tiene claro todo el sector de la hostelería es que «no somos el problema, sino parte de la solución. En nuestros establecimientos hay unas medidas de seguridad, distancia, etcétera, que no las hay en la calle o en los domicilios particulares».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad