Bodegas Altanza se levanta al estilo de un château francés rodeado de viñedos. F. DÍAZ
Enoturismo

Bodegas Altanza: el arte de compartir

Tradición y modernidad se aúnan en la elaboración de Riojas 100% tempranillo y de alta expresividad, procedentes de viñedos propios que rodean a este château que vio la luz hace un cuarto de siglo cuando un grupo de amigos dio forma a su sueño en torno al vino

Domingo, 12 de noviembre 2023, 10:02

Un sueño compartido entre varios amigos como punto de partida. Aquellos que hace casi 25 años tuvieron el deseo de elaborar vinos de alta calidad, ... con la premisa de utilizar tempranillo 100%, de viñedos propios y que se criasen en barricas de roble francés. Ese sentimiento de amistad se forja hoy en día en quienes visitan Bodegas Altanza, donde se ponen en valor momentos únicos, especiales, que se disfrutan mejor con una copa de vino.

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Quien llega a esta bodega experimenta la dualidad de la tradición y de la modernidad. Madera, piedra y ladrillo macizo dan forma a una construcción al estilo château francés, rodeada por viñas, y donde destacan sus jardines y claustro, una de las sorpresas de la visita y que simboliza su valor más tradicional.

  • Visita Esencias de Rioja

  • Recorrido por las distintas salas de la bodega y degustación: Tras conocer de primera mano cómo se elaboran sus vinos y las diferentes salas de la bodega, el broche final llega en el claustro ajardinado (en el comedor interior si el tiempo no acompaña), donde hay una degustación de dos vinos y de su aceite de oliva virgen extra ecológico, además de un aperitivo típico riojano. Duración: 1 hora y 30 minutos. En inglés y español. Precio, 20 euros. De martes a sábado, a las 11 horas.

  • Visita premium

  • Tour por la bodega copa en mano: Visita exclusiva y totalmente inmersiva por las instalaciones, copa en mano, y con cata de cuatro vinos: Sauvignon Blanc, Valvarés, Altanza Familia y Altanza Gran Reserva. Se acompaña de una selección de embutidos riojanos, queso y jamón ibérico, además de su AOVE. Duración: 2 horas y 30. En inglés y español. Precio, 48 euros. Consultar horarios.

  • Visita gourmet

  • Tour y maridaje de tres vinos: Tras un vermú de bienvenida, se realiza un breve tour para conocer cómo es el proceso de elaboración del vino. A continuación, en el claustro ajardinado, maridaje de tres vinos (Sauvignon Blanc, Valvarés y Altanza Reserva), acompañados de su AOVE y una selección de embutidos riojanos, quesos y gildas. Duración: 2 horas. En inglés y español. Precio, 30 euros. Consultar horarios.

  • Reservas

  • Por teléfono: 618 629 086.

  • Por mail: enoturismo@altanza.com.

  • Dirección: N-232, Km. 419,5 (Fuenmayor).

En su interior, se hace más presente la modernidad, con la aplicación de las últimas tecnologías en la elaboración de sus vinos, que vienen a culminar el sueño de este grupo de amigos y que han evolucionado con el paso de los años, en gran medida por el saber hacer del enólogo Carlos Ferreiro, que les aporta su visión creativa e innovadora.

Al cruzar las puertas de la bodega, y ya desde la carretera, se puede contemplar en todo su esplendor el imponente edificio. Esconde joyas como el calado al que se accede por unas escaleras acristaladas y que acoge una sala privada donde aguardan 183 barricas de roble francés nuevas, en las que se cría su Altanza Club Reserva, «uno de los vinos más importantes de la casa», opina Ana de la Fuente, responsable de enoturismo de la bodega. Y este espacio cálido, que conserva una humedad constante natural, sirve de «biblioteca de vinos», añade, donde se halla una selección de botellas de añadas especiales y excelentes. A través de catas verticales estudian el envejecimiento de sus vinos.

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Y entre esos «códices», apunta De la Fuente, sorprenden sus vinos de artistas. Luis Fernando Olaverri, fundador de la Vinoteca de Pamplona, afirmaba que «el vino es la única obra de arte que se puede beber». Y Altanza homenajea a destacados artistas con colecciones únicas. Carlos Ferreiro, en 2001, se topó con un viñedo muy particular que producía uva diferente que merecía tener su propio vino artesano, con una elaboración manual desde la raíz, como cuando pintas un cuadro desde la base. Son ediciones muy limitadas y que no se producen todos los años. Así, en 2001 la colección se dedicó a Miró, porque evocaba a este artista. Después llegaron Dalí (2004), Gaudí (2005), Goya (2008), Sorolla (2010) y Velázquez (2011).

El arte de compartir momentos, el arte de elaborar vino, el arte de crear experiencias... Un arte hecho para disfrutar en compañía y que en época de buen tiempo tiene un punto de reunión en el claustro ajardinado que esconde la bodega en su interior y donde se realiza la cata posterior a la visita – en invierno se traslada al comedor interior–.

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Cada visita tiene un marcado carácter de exclusividad, donde se intensifica esa sensación de pertenecer a una misma familia, de formar parte de un mismo grupo de amigos y de que cuando termine, esa amistad seguirá vigente. Se consigue una fidelización, que da un plus a esta bodega. Como también ese plus lo tienen los vinos que se elaboran.

La sala privada alberga una 'biblioteca' de vinos, con una selección de botellas de añadas especiales

En su apuesta por vinos crianza, reserva y gran reserva, su enólogo, después de que el vino se críe el tiempo fijado en barrica –cuentan con una sala con entre 6.600 y 6.700 unidades–, lo lleva a tinos de madera, donde hace una crianza extra. En ellos permanecen hasta un máximo de ocho meses. Un tratamiento exhaustivo, meticuloso y controlado. Una vuelta a ese concepto de unificación del vino y lograr que, pese a haberse criado en barricas distintas, sea idéntico, pero con ese carácter que define a Bodegas Altanza

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