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C. R.
Miércoles, 6 de junio 2018, 00:38
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Entre gritos de «asesino» y una enorme indignación. Así recibieron ayer los vecinos de la avenida de Cubelles, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), a Juan Francisco López, presunto asesino de Laia, de 13 años, cuando acudió con los Mossos d'Esquadra al lugar del crimen. El móvil es una incógnita. La niña murió asfixiada, aunque también presentaba heridas de arma blanca. Según el diario 'Ara', existen indicios de que pudo sufrir abusos sexuales. La pequeña, que tenía un pequeño grado de autismo, fue atrapada por el detenido e introducida en su piso cuando bajaba de casa de sus abuelos al portal, donde esperaba su padre.
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