Vida y milagros del santo Æmilianus
Las Tablas de San Millán, procedentes del monasterio de Suso y actualmente en el Museo de La Rioja, son las puertas de madera de un tríptico de estilo gótico de finales del siglo XIV (del que no se conserva el cuerpo central).
Están pintadas al temple por ambas caras con escenas narrativas. En la mitad superior de cada una de las puertas se representan diversas escenas religiosas relativas a la infancia de Jesús, la muerte de la Virgen María y otros episodios de los Evangelios Apócrifos (pasajes obviados en estas páginas); en la parte inferior se representa la vida del santo Æmilianus en dieciséis partes a modo de viñetas (son las que aparecen reproducidas aquí en orden cronológico), unas sencillas y otras dobles.
Tablas de San Millán: anverso
Las tablas dedicadas a la vida de Jesús o la Virgen, y las primeras cuatro de San millán han perdido la inscripción original. Las escenas de este lado de las tablas son individuales
I. Æmiliano,
joven pastor de Berceo, todavía imberbe, apacienta sus ovejas en el monte mientras tañe la cedra (instrumento similar a la cítara) sentado junto a un árbol y con un perro a su lado.
II. En el mismo escenario,
el pastor Æmiliano recibe la llamada religiosa por medio de un ángel que se le aparece desde lo alto en mitad del sueño.
III. Ya sin rebaño y sin perro,
Æmiliano camina hacia Bilibio en actitud devota para doctrinarse como ermitaño junto a san Felices.
IV. En Bilibio,
Æmiliano aparece postrado ante el maestro san Felices recibiendo de él educación por medio de libros, símbolo de sabiduría, y de su ejemplo ascético.
V. Tras su instrucción en Bilibio,
Æmiliano, ya maduro y con barba, regresa a su tierra para ser ermitaño en los montes de la Cogolla, llenos de alimañas: AQI VIENE A SAN MILLAN DE SUSO.
VI. Atraídos por su fama de santidad en vida,
hombres de diversa procedencia acuden a visitarle y Æmiliano los bendice, siempre con las escrituras a mano: AQI VIENÊ LAS GENTES A LE BUSCAR.
VII. En la misma escena,
Æmiliano aparecerepresentado dos veces:construyendo un templo y contemplando la naturaleza: AQI FACE LA IGLESIA DE LA COGOLLA.
VIII. Tras cuarenta años en la montaña,
Æmiliano visita al obispo de Tarazona, que lo ha hecho llamar, y recibe sus órdenes entre varios personajes: AQI VA ANTE EL OBISPO E RECIBE LAS ORDENES.
AUX STEP FOR JS
Tablas de San Millán (reverso)
En este lado de las puertas cambia la disposición de las escenas, que ahora son dobles. Se conservan las inscripciones originales.
IX. Enviado como párroco a Berceo por el obispo,
San Millán, ya con aureola de santidad, calvo y sin barba, predica a las gentes: AQI PEDRICA (sic) EN BERCEO AL PUEBLO.
X. San Millán
da limosna a los pobres, lo que le acarreará acusaciones de dilapidar los bienes de la iglesia y le llevará a dejar enseguida la parroquia de Berceo:AQI DA LIMOSNA.
XI. De vuelta a la vida de ermitaño,
aunque no en su antigua cueva, valle arriba, sino en las del Aidillo, más cercanas al pueblo (el actual Suso), el santo doblega a un demonio: CON EL DIABLO.
XII. Ya en Suso,
desde el interior de la cueva, san Millán recibe discípulos, que se postran ante él, y sana a los enfermos llegados de muy lejos: AQI SANA LOS ENFERMOS
XIII. Entre las gentes que peregrinan a él,
San Millán continúa obrando milagros, como devolver la vista a un ciego: AQI SANA LOS CONTRECHOS (sic)
XIV. Más obras notables
para las que es requerido el santo: San Millán, acompañado por un discípulo, expulsa un demonio de la casa del senador Honorio: AQI ECHA EL DIABLO DE PALACIO
XV. Demonios con cabeza de toro
teas encendidas acosan a san Millán, postrado en el lecho por la edad, pero las llamas se vuelven milagrosamente contra ellos: AQI VIENEN LOS DIABLOS
XVI. Finalmente,
en Suso, san Millán muere en su lecho rodeado de sus discípulos, a los que lega su amor por la sabiduría, mientras los ángeles le aguardan (aquí la inscripción es ilegible).
AUX STEP FOR JS
Así podemos ver cómo Æmilianus, joven pastor todavía imberbe, apacienta sus ovejas mientras tañe la cedra (escena I); luego recibe la llamada religiosa por medio de un ángel (II); camina hacia Bilibio en actitud devota (III); y es doctrinado allí por san Felices (IV).
Ya maduro y con barba regresa a su tierra para ser ermitaño en los montes de la Cogolla, llenos de alimañas (V); recibe a las gentes atraídas por su creciente fama (VI); construye un templo y contempla la naturaleza (VII);y, tras cuarenta años en el monte, visita a Dídimo, obispo de Tarazona, que le ha hecho llamar (VIII).
Ya como párroco de Berceo, calvo, sin barba y con aureola de santidad, san Millán predica a las gentes (IX) y da limosna (X). Y, de vuelta a la vida de ermitaño, el santo doblega a un demonio (XI), recibe a sus discípulos y sana a los enfermos desde su cueva (XII).
Entre aquellos que peregrinan a él, devuelve la vista a un ciego y sana a los contrahechos (XIII), y expulsa al diablo del palacio del senador Honorio (XIV). En sus últimos días, es visitado por más demonios, pero sus llamas se vuelven contra ellos (XV) y, finalmente, muere rodeado de discípulos y custodiado por ángeles (XVI).
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión