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LA RESIDENCIA

ROSA BELMONTE

Sábado, 5 de mayo 2018, 00:41

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En 'La mujer singular y la ciudad' (Sexto Piso), Vivian Gornick cuenta su amistad con una escritora a la que había leído y admirado. Iba a visitarla a la bonita residencia del Upper Manhattan en la que vivía desde los 85. Cuando Vivian, una mente brillante, llegaba se transformaba. «¿Es que no hay nadie aquí con quien puedas conversar?», le preguntó. «No, querida, charlar sí. Para eso hay muchos. Pero conversar, no. Desde luego no una conversación como la que estamos teniendo ahora». Me da la impresión de que a Arcadi Espada le pasa eso cuando va a la tele y tiene otras personas enfrente. Otras personas pero no interlocutores.

He leído titulares que decían: 'Arcadi Espada defiende a La Manada en 'El programa de Ana Rosa''. Defiende a La Manada, amárrame los pavos. Que lamentaba que los de La Manada recibieran tanta atención mediática en comparación a la víctima. Hombre, eso es lo que denuncia Ivan Jablonka en 'Läetitia o el fin de los hombres', que sólo se prestara atención al asesino y no a la joven asesinada. Pero aceptemos que hay en Arcadi una parte importante de provocación: «Yo querría saber si hay algún vídeo de la vida sexual de la víctima». Escándalo en el plató. «¿Qué quiere decir? ¿Que sobre las víctimas no se puede informar simplemente porque son víctimas?». Y más: «O sea, ¿solamente por el hecho de que alguien sea víctima sobre ella no se puede decir la verdad».

Lo mejor de todo, o lo peor, es que se trata a Arcadi como si fuera Bukowski en el plató de 'Apostrophes' o Arrabal en el de Sánchez Dragó. Arrabal cree que Bukowski será mejor que él como escritor pero como borracho él es mejor. Porque es feliz, porque lo suyo es un espectáculo. Lo de Arcadi también es un espectáculo, pero él no está borracho, está ejerciendo su libertad (sí, también la de provocar), demostrando que se coloca con los que están consigo mismos. El problema es que no tiene quién le responda. No es William F. Buckley discutiendo con Galbraith, Thatcher, Clare Boothe Luce o Harriet Pilpel en 'Firing Line'. Arcadi suele tener enfrente a viejas o jóvenes de residencia.

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