Cristina Pardo: «Me hizo mucha ilusión dar las campanadas»

-¿Cómo ve el panorama político actual?

-Muy enrevesado. Hay menos políticos que piensen en los ciudadanos y únicamente piensan en sus intereses particulares y partidistas. Cada vez vale menos la palabra de los políticos, que dicen una cosa por la mañana y cambian de opinión por la tarde. Si los políticos pensaran más en los ciudadanos, los ciudadanos pensarían mejor de ellos. Me parece bastante deprimente, la verdad.

-Se aficionó al periodismo por José María García. ¿En qué momento cambió el deporte por la política?

-Realmente, nunca llegué a hacer deporte. Estudié Periodismo porque escuchaba a José María García y me gustaba muchísimo. Entendía de deporte relativamente, y decía: 'Este tío es un genio porque consigue que yo, sin saber demasiado, me trague todos sus programas'. Pero en cuanto llegué a la Cope, me pusieron a hacer actualidad política. El mundo del deporte salió ganando (risas).

-¿Y usted?

-No lo sé. Siempre he dicho que estoy en disposición de hacer cosas que me diviertan. La vida da muchas vueltas, pero me ha ido bien. Soy una persona muy afortunada, así que, seguramente, hice bien en tomar el camino que se me abría. Enseguida le cogí el gusto a la actualidad política.

-Es muy crítica con los políticos. ¿Teme que eso se pueda volver en su contra?

-Hoy en día, con las redes sociales, todo se vuelve en tu contra de alguna manera. No todo el mundo que te ve, te escucha o te lee piensa igual. No me preocupa mucho. Hago lo que considero que tengo que hacer, y a algunos le gustará y a otros no, pero si pensara en contentar a todo el mundo, no haría bien mi trabajo. Hay que atender a las críticas constructivas, o a quien consideras que tiene cierta autoridad, pero relativizando, porque si no, no haríamos nada.

-Ha trabajado con gente como Federico Jiménez Losantos o Antonio García Ferreras. ¿Son tan antagónicos como parece?

-Tienen muchas diferencias entre ellos, pero también cosas en común. Yo presumo de haber trabajado con jefes que tenían mucho talento. Algunos tienen talento para el bien, y otros lo tienen para el mal, pero yo no borraría nada absolutamente de lo que ha sido mi pasado laboral, porque he aprendido muchísimo de todos los jefes con los que he trabajado.

-¿Y qué aprendió de ellos?

-En algunos casos, aprendes cómo te gustaría hacer las cosas, y en otros, lo contrario. Pero yo no reniego de nada, y lo que más me enorgullece es haber trabajado con personas que tienen tanta personalidad. Es un espectáculo que no te quieres perder. Al final, todos los jefes que tienes van haciendo de ti lo que eres.

-¿Se esperó alguna vez que iba a ser uno de los rostros de las campanadas?

-En absoluto. Estaba muy vinculada a los informativos, y normalmente las campanadas no las damos nosotros. Me pilló de sorpresa, pero me hizo muchísima ilusión que la cadena pensara en mí. Además, me lo paso muy bien, porque en Nochevieja nunca he tenido costumbre de salir, o de juntarnos con la familia, porque en el pueblo de mi padre era más habitual juntarse con los amigos. Además, con el compañero que he tenido los tres años, Iñaki López, no puedo pedir más.