Secciones
Servicios
Destacamos
JULIÁN ALÍA
Viernes, 7 de diciembre 2018, 00:23
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Ocho meses condensados en otros tantos capítulos cuentan la historia de Marta -que curiosamente coincide con el nombre de su intérprete, Marta Hazas (Santander, 40 años)-, a quien de repente le entra la necesidad de tener un hijo. La comedia romántica 'Pequeñas coincidencias', que llega hoy a Amazon Prime Video y en 2019 debutará en televisión en algunos de los canales de Atresmedia, «está contada desde una perspectiva masculina y femenina», «sin demonizar a unos ni a otros», explica la actriz, que no descarta una continuación, porque «cuando ves el final, dan ganas de saber qué pasa».
- Duro, porque ha sido casi como hacer cuatro películas del tirón. Pero al no tener plató y que todo sean exteriores naturales, el resultado se nota. Hay azoteas, piscinas, sitios que vamos a reconocer de Madrid Río... Creo que incluso la ciudad es un protagonista más.
- No lo tiene claro. Se le ha despertado algo de instinto, porque va llegando a una edad en la que se lo plantea: 'Pues si quiero, a lo mejor tiene que ser en este momento, o en los próximos cinco años'. Pero también es verdad que cambia su entorno, sus amigas empiezan a tener hijos... Ella es una tía muy práctica que va consiguiendo lo que quiere, y piensa: 'Se me ha metido en la cabeza que lo que quiero es esto'; ahora vamos a ver si cuando se va acercando lo tiene tan claro.
- No. De hecho, le apetece enamorarse. Lleva tiempo siendo una tía independiente, soltera, y ha decidido que quiere construir un hogar. De repente, dice: 'A lo mejor es que soy una egoísta'. Y está en ese punto. La premisa no es que tenga que conocer a alguien para tener el hijo, es que le apetece enamorarse y que haya alguien que le haga tambalearse los cimientos.
- Más que un 'se me pasa el arroz', es que le da miedo perderse cosas de la vida. Piensa: 'A lo mejor es muy guay tener un hijo y me lo estoy perdiendo', como la gente que nunca ha convivido con una mascota y no tiene esa necesidad. Ella analiza todo en su mentalidad práctica, y piensa que a lo mejor se arrepiente de no haberlo tenido. Es el momento, y es tan organizada que, cuando lo decide, es impaciente y lo quiere ya.
- Me parecía guay afrontar algo de actualidad después de hacer tanto tiempo época. Para nosotros era muy importante el tono. No queríamos ser algo histriónico, pero tenía que haber comedia. Que hubiese verdad, que aunque estés diciendo una soberana chorrada, se te vaya la vida en ello. Hacer comedia me parece lo más complicado. Creo que todos lloramos por las mismas cosas pero no reímos por lo mismo. Admiro profundamente a la gente que llega al gran público, abre la boca y hace mucha gracia. Es un género que quiero llegar a hacer bien.
- Siempre hemos sido un poco bobos en este país y hemos tratado a la comedia como un género menor. Creo que ahora le toca tomarse esa revancha. Uno de los problemas es que cuesta mucho leerla. Cuando llevas un guion de comedia a un despacho cuesta entender cuál es el tono. Hay cosas que pueden parecer muy chorras, y luego, levantadas del papel, según quién las diga y cómo lo haga, provocan la carcajada. Y al revés, puede haber un chiste muy bueno que era como gol seguro, y que luego visto, dices: 'No aporta, es un chiste por un chiste'.
- Vas haciendo un 'tetris' y se va sumando. Hay algo muy yonqui del teatro, que es el 'feedback', la respuesta del público y la carcajada directa. Te vuelves adicto. Cuando haces cosas que no son comedia parece que te falta la 'paradinha' para la risa.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.