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«Ha habido tal silencio con el acoso que ahora el ruido es ensordecedor»

Icíar Bollaín Directora Compite en el Festival de San Sebastián con 'Yuli', biografía del bailarín cubano Carlos Acosta. «Siempre he hecho el cine que he querido»

OSKAR BELATEGUI

SAN SEBASTIÁN.

Lunes, 24 de septiembre 2018, 00:57

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Icíar Bollaín (Madrid, 1967) ha escogido un mal día para presentar su nueva película en San Sebastián. Todas las entrevistas que concede por 'Yuli', relato biográfico del bailarín cubano Carlos Acosta, acaban hablando inevitablemente de la situación de la mujer en el cine. Y es que ayer el Zinemaldia hizo público, con la presencia de la vicepresidenta Carmen Calvo, un informe de la asociación de realizadoras CIMA con conclusiones desoladoras: solo el 9% del cine de ficción lo firman directoras. Para ayudar a solucionarlo, el festival ha suscrito una carta por la paridad y la inclusión de la mujer en el cine que ya han firmado festivales como Cannes, Venecia y Locarno. El documento obliga a hacer públicos los comités de selección y programación del certamen para que haya igualdad de género. «¿Titularás con la película, ¿no?», inquiere Bollaín a este periodista. Y da en el clavo: «Si hoy presentara película un director, ¿harías lo mismo?».

-Durante mucho tiempo en el cine español solo ha habido dos directoras: Isabel Coixet y usted. Las cosas no han cambiado demasiado según el informe de CIMA.

-Son cifras que reflejan lo que pasa en la sociedad. En las tomas de decisiones, en los lugares clave donde se decide qué se hace y cómo se hace, hay muchas menos mujeres que hombres. Y el cine no es una excepción. Ha sucedido algo buenísimo: que es un tema que está en la mesa. Hace diez años, cuando formamos CIMA, era difícil incluso hablar con la prensa del asunto, sonaba raro. Ahora es un tema que sacáis vosotros. Hay conciencia de que no tiene sentido, de que tiene que haber paridad. Porque estamos contando historias, y debemos contarlas entre todos para que sean representativas de la sociedad. Si solo la mitad de la población hace el audiovisual, no será completo.

-¿Apuesta por las cuotas?

-Nunca he apostado por ellas. Lo que sí tiene que haber es paridad en la gente que selecciona las películas y decide qué cine vemos, en San Sebastián, en Televisión Española... Y también debe haber paridad a la hora de decir qué cine se hace.

-¿El movimiento #MeToo ha marcado un antes y un después? ¿Ya no hay vuelta atrás?

-El #MeToo ha sacado el acoso del silencio. Es un tema que está en la cultura y tardará mucho tiempo en cambiar, hay que empezar desde abajo, con los niños. Enseñarles otra manera de entender las relaciones. Lo que sí se ha conseguido es que sea inadmisible el abuso de una situación de poder para aprovecharse sexualmente. Antes ocurría porque había una complicidad silenciosa. Ahora ayudaría que los hombres participen condenando esas actitudes.

-¿Cree que se están produciendo desmanes en el #MeToo, que caemos en una cierta censura? Pienso en Woody Allen.

-No lo sé. Es que ha habido tal silencio que ahora el ruido es ensordecedor. No solo ocurre en el cine, sino en todos los ámbitos. ¿Que haya alguna injusticia? Puede ocurrir, aunque ojalá que no. Pero es un grito que se está escuchando desde todos los sitios: la política, la ciencia...

-¿El cine español es especialmente machista?

-No más que otros sectores. Cuesta que te tomen tan en serio como un hombre, pero también ocurre en otros lados. Yo no lo he sentido, porque reconozco que he hecho el cine que he querido.

-¿Cómo actriz nunca sufrió acoso?

-Escuché todo tipo de cosas, pero yo no era la guapa oficial. He hecho un cine de autor, no estaba en esa categoría de actriz. Pero entre las compañeras he escuchado cosas toda mi vida. No me ha extrañado nada el #MeToo.

-'Yuli' es la historia de alguien que triunfa sin tener vocación.

- Sin tener vocación de entrada. Es un niño que quiere jugar en la calle como el resto. No quiere ser bailarín. Pero, como se cuenta en la película, hay un momento en que algo hace clic. En su autobiografía se explica muy bien. Se da cuenta de que en lo único que es bueno es en el baile. En las notas era un desastre. El baile será su refugio.

- Qué paradoja. Su triunfo se lo debe a su padre, machista y terrible.

- Sí. El padre tenía una manera de educar a base de golpes, con disciplina dura. Es parte de la educación que tenía este hombre. Había una contradicción: se sufre con un padre así, pero si no fuera por él no habría triunfado. Por él y por la maestra, que es un personaje real, la directora de la escuela de ballet, que arriesgó para que Yuli desarrollara su talento. La autobiografía está dedicada a su padre.

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