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Un turista hace una foto de la sede de la Academia Sueca en Estocolmo. :: JONATHAN NACKSTRAND / Afp
Sexo, mentiras y traiciones para  un año sin Nobel de Literatura

Sexo, mentiras y traiciones para un año sin Nobel de Literatura

El escándalo obliga a la Academia Sueca a aplazar la concesión del mayor galardón de las letras mundiales y anunciar dos ganadores en 2019

MIGUEL LORENCI

MADRID.

Sábado, 5 de mayo 2018, 00:48

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No habrá Nobel de Literatura en 2018. El escándalo por presuntas agresiones sexuales, filtraciones, engaños y juegos de poder que carcome a la Academia Sueca ha obligado a la institución a renunciar al fallo y a aplazar la concesión del prestigioso galardón. Una circunstancia que no es nueva, pero que no se daba desde 1949. Obligada a refundarse, la Academia confirmó ayer lo que se venía barruntando desde que la imparable onda expansiva del escándalo conmoviera los cimientos de la docta casa y salpicara incluso a la familia real sueca. Es la crisis más grave de los Premios Nobel desde su creación en 1901. El galardón no queda desierto. «El premio Nobel 2018 de Literatura se designará y anunciará al mismo tiempo que el galardonado de 2019», anunció la institución en un comunicado. Una circunstancia que no se había producido desde hacía casi siete décadas, pero que no es una excepción.

El Nobel de Literatura solo quedó desierto en 1935, pero la Academia había optado en varias ocasiones por suspender el fallo y la entrega del galardón, que no se concedió en 1914, 1918, 1940, 1941, 1942 y 1943 debido a las dos guerras mundiales. En otras siete ocasiones se pospuso en busca de un «candidato adecuado» -ocurrió en 1915, 1919, 1925, 1926, 1927, 1936 y 1949-, aunque en la mayoría de los casos se otorgó con retraso. «En cinco de estas ocasiones, el premio fue aplazado y entregado al mismo tiempo que el galardón del año siguiente», precisó la Academia en su comunicado.

El escándalo que socava el prestigio y la esencia de la bicentenaria institución estalló en noviembre. Tras el 'caso Weinstein' y en medio de un clima de extrema sensibilidad y rechazo universal contra los abusos sexuales, la periodista Matilda Gustavson publicó en el diario sueco 'Dagens Nyheter' los testimonios de 18 mujeres que afirmaban haber sido violadas, agredidas sexualmente o acosadas por Jean-Claude Arnault, fotógrafo, dramaturgo e influyente figura de la escena cultural sueca, muy vinculado a la institución a través del club literario Forum y casado con una académica.

La búsqueda de un «candidato adecuado» ya provocó que se pospusiera el premio siete veces

La princesa Victoria

Los abusos se habrían cometidos entre 1997 y 2007 y, según la prensa sueca, en algún caso en dependencias de la Academia o en uno de los exclusivos apartamentos que la institución mantiene en París y Estocolmo. Se sugiere además que los supuestos abusos eran bien conocidos en los círculos culturales nórdicos y que se habrían silenciado.

Se ha publicado que Arnault, acusado ya de acoso sexual en 1997, habría osado tocar el culo a la princesa Victoria, heredera del trono de Suecia, en el transcurso de una recepción oficial del Nobel en 2006. La princesa tenía 27 años y la Casa Real habría alertado a la Academia para que la primogénita de Carlos XVI Gustavo y Silvia no quedara nunca más a solas con Arnault. Un extremo que ni se confirma ni se desmiente desde Drottningholm -la residencia de los reyes-, que sí califica de «aterradoras» las informaciones sobre Arnault.

Francés nacido en Marsella hace 71 años, afincado en Estocolmo desde hace más de medio siglo y marido de la poeta y académica Katarina Frostenson, de 65 y con quien ocupa un espacioso piso propiedad de la Academia en el centro de Estocolmo, Arnault ha negado unas acusaciones investigadas durante meses por la periodista que las desveló, constatadas por las víctimas y que conmocionaron a la sociedad escandinava.

Algunos prescritos o archivados por falta de pruebas, los casos revelados por el diario abrieron la espoleta de una discordia que se acrecentó entre los 18 miembros de la Academia, que discreparon sobre cómo se debía abordar el escabroso asunto que ha dinamitado su credibilidad y ha obligado a la institución a reformular su futuro.

La Academia cortó la relación con el todopoderoso Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la casa. Una medida que no aplacó los desacuerdos sobre las medidas a tomar y generó una cascada de renuncias, acusaciones y la salidas de seis académicos. Entre otros, la secretaria permanente Sara Danius, encargada de leer el fallo del Nobel y la primera mujer en este puesto. También la de la propia Frostenson, que llevaba 26 años como académica y miembro asociado del Comité Nobel. La última renuncia fue la de la escritora y periodista Sara Stridsberg, después de que a principios de abril dejaran sus sillas Klas Östergren, Kjell Espmark y el histórico Peter Englund.

El informe interno descartó que Arnault hubiera influido en decisiones sobre la concesión del premios y ayudas, aunque admitía que el apoyo económico que ha recibido su club incumple las reglas de neutralidad e imparcialidad, al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controlaba el club Forum, ya clausurado. Confirmó además que el secreto sobre la identidad del ganador del Nobel fue violado en varias ocasiones. Según un diario francés, fue Arnault quien filtró el nombre de Patrick Modiano, ganador del Nobel en 2014. En otras seis ocasiones el ganador se conoció antes de que se comunicara el fallo.

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