Borrar

RUINAS

CARLOS SANTAMARÍA ANECDOTARIO

Jueves, 26 de abril 2018, 23:46

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En el castillo de Davalillo no hay un rato de silencio, ahí arriba siempre está gimiendo el viento, el aire se cuela por las grietas de las piedras y trae desde los campos un coro de trinos, chasquidos, silbidos despreocupados y gorjeos como de mirlo. Alguien ha hecho unas pintadas en la muralla interior. Junto a una de las puertas en arco de medio punto se lee con pintura roja 'IXO' y 'ALFON'. Hay más letras pero se atropellan y se tapan unas con otras. Siguen trinando los pájaros. Bailan las hierbas del patio. El desmoronamiento es inexorable aunque ocurra a cámara lenta.

La ruina de Davalillo nos lleva acompañando toda la vida; su perfil mudo forma parte del paisaje, está visible siempre en la colina de nuestra conciencia mientras va desmoronándose con esa belleza marchita que tienen los escenarios de las novelas de Bécquer; el romanticismo siempre es un asidero para los tiempos de decadencia. Este hundimiento nuestro no tiene nada que ver con el derrumbe de otros lugares, con la ruina luminosa y llena de majestad que hay en las calles de Roma, o con la decrepitud marinera y nostálgica de Nápoles o de Lisboa. Nada de eso, lo nuestro es contemplar con mansedumbre un hundimiento tan lento que a veces no parece ni doloroso; lo vemos derrumbarse como miramos al Ebro cuando baja crecido. Estaría bien que de vez en cuando nos hartásemos de estar resignados, pero es una paradoja y no parece probable. Se cae el castillo de Davalillo, que es un símbolo de La Rioja, y no pasa nada. Nunca pasa. Si acaso aparecerá Adrien Brody con un piano en el patio del castillo para tocarnos algo mientras a su alrededor todo se cae a pedazos como en la película 'El Pianista'.

Hoy es Davalillo, pero el Colegio de Arquitectos acogió hace años una exposición titulada 'Patrimonium Pecuarium (Iglesias sin Dios)'. Eran fotografías de Íñigo Jaúregui y Carlos Muntión que mostraban iglesias abandonadas de La Rioja: Soto, Torremuña, Pedroso, El Redal... un patrimonio de valor incalculable hecho trizas en el que pace el ganado. En una de las fotografías aparece una vaca dentro de la iglesia de Lasanta. La vaca pasta entre las ruinas y mira a cámara tranquilamente. Es una foto, pero podría ser un espejo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios