El pirino que se enamoró del mar

Nacido en Villanueva de Cameros en 1912, este pirino -gentilicio de la localidad serrana- se trasladó junto a su familia a Barcelona, donde se formó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi. Entre sus profesores estuvieron Félix Mestres, Pérez Dolz, Borrás Abella, Labarta o Mongrell.

En 1942 protagonizó su primera exposición individual en la Ciudad Condal firmando sus óleos como 'Thomas' y, desde entonces, colgó sus cuadros en Madrid, París, Gerona, Rouen, Bilbao, Tortosa. Durante las décadas de los setenta y ochenta solía exponer en conocidas salas barcelonesas, como la Galería Grifé y Escoda. De hecho, su última muestra conocida tuvo lugar en 1988 en las Galerías Augusta de la capital catalana.

El pintor camerano cultivó principalmente temas de paisaje, dentro de un estilo muy arraigado en la tradición impresionista catalana y en los clásicos del arte español. Pero, sobre todo, Thomas estaba enamorado del mar y, más en concreto, del Mediterráneo. Muchas localidades de las costas catalanas quedaron inmortalizadas por sus pinceles, como puede verse en las ilustraciones de este reportaje.

También practicó Tomás Pérez Martínez la cerámica, la decoración y el arte de las vidrieras. Precisamente de esta última técnica impartió clases como profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi, ahora convertida en facultad.

'Thomas' falleció a los 81 años en Barcelona (1993), donde dejó viuda (Carmen Pardo Palahí) y dos hijos (Gerardo y Ángeles).

Gracias a su ingente producción y a su calidad, el artista pirino lleva siendo un clásico de las subastas tanto virtuales como presenciales.