Un paso más para la paleontología riojana
Catalogación de 4.000 restos fósiles: la Universidad de La Rioja está inventariando las piezas conservadas en los centros de Igea y Enciso
Los centros paleontológicos de Igea y Enciso conservan unas 4.000 piezas que forman parte del rico patrimonio riojano. Se trata de un importante e interesante legado que no está catalogado, hasta ahora.
La Cátedra de Paleontología de la Universidad de La Rioja lleva a cabo una minuciosa labor, financiada por la Dirección de Cultura del Gobierno de La Rioja, para establecer un registro oficial y unificado siguiendo las directrices marcadas por la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno riojano.
«En estos momentos cada pieza está siendo identificada, siglada, catalogada, fotografiada y estabilizada en las colecciones y exposiciones de los centros señalando su ubicación para que pueda ser localizada», explica la directora de cátedra, Angélica Torices, y añade «así mismo, se están evaluando las necesidades de cada material para su conservación y posible restauración en caso de ser esta necesaria».
La Cátedra de Paleontología de la UR realiza los trabajos financiados por Cultura del Gobierno riojano
Un técnico identifica, sigla, cataloga y fotografía las piezas para crear el registro paleontológico de La Rioja
La experta destaca que «el catálogo informatizado nos permite conocer de primera mano y tener una estimación real del patrimonio paleontológico almacenado y tener un mayor control para su estudio, protección, conservación y divulgación».
Raúl San Juan Palacios (biólogo y máster en paleontología) es el técnico encargado de realizar este inventario. Estará en Igea dos meses y en Enciso otro, que sumado al trabajo previo y posterior llegará a los cinco meses. En el primer municipio se conservan más de 2.000 piezas y en el segundo superan las 1.000, haciendo el total de casi 4.000.
«Primero se organiza y estructura todo el material. Debemos tener en cuenta que algunas piezas no se han descubierto actualmente sino que fueron recogidas hace más de treinta años. Por eso se tiene que ver todo lo que se conserva, si había un inventario anterior o alguna referencia», comenta San Juan.
A partir de ahí se dedica a revisar cada pieza y sus características, si forma parte de un conjunto o si estaba siglada o proviene de alguna colección concreta o de fuera de La Rioja. Toma notas para describir cada elemento, sus características y realiza fotografías para el catálogo.
Este servirá para poder localizar e identificar fácilmente las piezas. Beneficiará a los propios centros, a otros investigadores, los encargados de patrimonio o de la conservación. En algunos casos resulta complicado averiguar la procedencia y se centra en describir el elemento.
«Tenemos numerosas icnitas sueltas de diferentes formas y tamaños, pero luego hay bastantes fósiles tanto de otros vertebrados, no solo de dinosaurios, como escamas de peces, dientes de tiburones, restos de cocodrilos y tortugas pero son algo más escasos, así como vegetales, plantas, principalmente helechos y árboles de la época de los dinosaurios (trozos de troncos, hojas), una gran cantidad de todo tipo y tamaños», afirma San Juan.
Patrimonio riojano
Angélica Torices asegura que «el patrimonio paleontológico de la Rioja es uno de los más ricos de la Península Ibérica. Hay restos fósiles prácticamente desde el Cámbrico hasta el Pleistoceno abarcando importantes partes de la historia geológica del planeta».
Las huellas de dinosaurio y los yacimientos de huellas del Cretácico son los exponentes más conocidos pero además existe una valiosa colección de fósiles conservados en almacenes o a la vista en las exposiciones tanto en el Centro de Intepretación Paleontológica de La Rioja ubicado en Igea como en el de Enciso.
La directora de cátedra de la UR cita entre lo más destacado «holotipos de especies como Prejanopterus curvirostris (primer pterosaurio descrito en la Península Ibérica), en el Centro Paleontológico de Enciso, o la tortuga Camerochelys vilanovai en el Centro Paleontológico de Igea».
Explica que «la salvaguarda de estos holotipos, que sirven como el modelo sobre el que se define una especie, tiene especial importancia al tratarse, normalmente, de piezas excepcionales o únicas y que suelen ser consultadas por otros investigadores para la comparación de materiales de otras regiones».
Por último, indica que «también existen importantes restos de otros organismos, incluyendo plantas fósiles, invertebrados y vertebrados que son fundamentales para el estudio de los ecosistemas del pasado de La Rioja».
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