PASADO DE VUELTAS

Por otra parte, que los productores hayan echado mano de dos oscarizadas viejas glorias como Anthony Hopkins ('El silencio de los corderos', 1990) y Ben Kingsley ('Gandhi', 1982) tampoco logra infundir empaque a una cinta de mero consumo, tan fácil de ver como de olvidar. Aunque, de hecho, la intención de 'Persecución al límite' es seguir la estela de franquicias al estilo de 'Fast & Furious', con la esperanza de alcanzar sus espectaculares taquillazos. Sin embargo, el gozo en un pozo, por cuanto el embrollo carece de la fuerza motriz de sus exitosas predecesoras.

Comparación que no viene a humo de pajas, puesto que comparte estos estilemas de manera inequívoca: una fotografía llamativa, un montaje restallante, dando prioridad al inserto y al ralentí, además de una ruidosa banda sonora. Sin olvidar la presencia de un grupo de bisoños actores y actrices, con cierto gancho de cara al público anglosajón. El desarrollo narrativo no parece importarle lo más mínimo a su máximo responsable y el relato pasa a ser un efímero fuego de artificio. Hay incluso quien lo ha saludado como una nueva forma de hacer cine comercial, atrevida y renovadora. A mi modo de ver, es una manera como otra cualquiera de fomentar la estupidez y sacralizar la mediocridad.