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ORO

CARLOS SANTAMARÍA - ANECDOTARIO

Jueves, 1 de noviembre 2018, 20:34

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El latinoamericano por lo general es, como nosotros, un gran aficionado al chiste. Si en España es insuperable el gracejo del gaditano, en Argentina dicen que allí nadie los cuenta como los de la provincia de Córdoba. Aquí tenemos los chistes de Lepe, que en Colombia son de pastusos, en México de yucatecos, en Argentina de gallegos y en Cuba protagonizan los de Pinar del Río. En La Habana me contaron muchos. Eran divertidísimos, aunque no entendí ninguno.

Hay otro chiste que se escucha en el Caribe desde hace décadas, siglos probablemente, y dice así: «¿Y usted ya sabe qué es lo mejor que nos dejaron acá los españoles? Pues el idioma y la mulata». Esto lo cuentas hoy y cualquier manada de millennials adictos al victimismo retrospectivo te monta un escrache en el portal, pero el chiste dice la verdad; la mezcla con indígenas y africanas es un invento nuestro porque, a diferencia de los británicos u holandeses, que las consideraban prácticamente animales, nosotros no dudábamos en intimar con aquellas exóticas mujeres. Además, a cubanos, dominicanos y puertorriqueños les encanta contar ese chiste a los españoles: «El idioma y la mulata», le dicen al turista sonriendo, y de repente en esas bocas grandes y tropicales parece caber toda la alegría del mundo.

El español es un patrimonio extraordinario. Conecta a 550 millones de personas en todo el planeta, y está tan maltratado en nuestra patria que a veces cobra sentido esa frase de Cabrera Infante que también parece un chiste: «El español es demasiado importante para dejarlo en manos de los españoles». Quizás para llevarle la contraria cada año celebramos 'Futuro en Español', que acaba de terminar y ha vuelto a dejar en el aire una rara fraternidad de acentos entremezclados. La cita nació en La Rioja, y nos ha permitido reunir en la cuna del castellano a gentes de todo el mundo hispano para celebrar este inmenso legado, el tesoro que los españoles de hace siglos fueron dejando por las playas y las selvas de un continente tan distinto que en realidad era un mundo nuevo. En una pasada edición de 'Futuro en Español' alguien recordó los versos de Neruda:

«Se llevaron el oro y nos dejaron el oro».

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