Música desde otra galaxia

Laguna es un municipio con 110 habitantes censados y, sin embargo, los conciertos del festival, todos gratuitos y al aire libre, si el tiempo lo permite, logran reunir a más de medio millar de espectadores. Para llegar hasta allí hay que recorrer buena parte de la sinuosa LR-250, dejando atrás el barranco del Leza, sorteando el ganado que pasta tranquilamente a orilla de la carretera, sobre todo de Jalón hacia arriba. Quienes llegan allí no es por casualidad, saben a dónde van. «El comportamiento de la gente siempre es excepcional, el ambiente que se crea es familiar y estupendo», afirma Ángel Íñiguez. Y no exagera, el público no sólo está a la altura de las circunstancias, a veces es tan bueno o mejor que las propias actuaciones.

Y todo gracias a un programa comprimido en tres jornadas con una decena de conciertos y dos DJs cuyos cachés se sufragan en buena parte gracias a la colaboración de los propios vecinos. «El trabajo es alto, y sin vender los boletos para los sorteos o preparar las degustaciones y la comida popular no sería posible el festival, es la única manera que tenemos de sufragar el coste», expone Íñiguez. También echan una mano el Ayuntamiento, el Gobierno de La Rioja y diversas empresas y comercios de la localidad.

Ayer arrancó el programa con el breve concierto de los guipuzcoanos Bib Bob Railroad al anochecer y la actuación de los catalanes Hermanos Cubero, ya de noche, en la tradicional actividad 'El blues de las esferas'. Dos conciertos acústicos de arraigo tradicional, el primero blues cantado en euskera y, el segundo, folk solemne y nostálgico protagonizado por las canciones del disco 'Quique dibuja la tristeza', dedicadas a Olga, la esposa de uno de Enrique, fallecida a causa del cáncer.

Además, la Fundación Starlight y Manu Montejo dispusieron sus telescopios para observar el firmamento y con la intención de divisar otra galaxia desde el cielo de la Reserva de la Biosfera. Pero queda más, mucho más: «Por las mañanas tenemos más 'swing' y música de Nueva Orleans, y por las tardes, blues», señala Tomás García, programador del Cameros Blues Festival.