«Haber ido escalón a escalón te hace ser humilde y estar preparado para todo»

-¿Cuál es su balance de estas dos décadas en solitario?

-Ya llevo más tiempo como músico en solitario, componiendo, grabando y en giras que con El Último de La Fila, grupo en el que estuve unos dieciséis años más o menos. Ahora acabo de publicar mi séptimo disco de estudio. Para mí es un logro. Sinceramente, estaba orgulloso y encantado en El Último de La Fila, trabajaba en equipo muy a gusto con Quimi Portet y pensaba que era para siempre. Me encontré con que eso terminaba y comencé mi periplo en solitario, que es en lo que estoy abducido, con una labor que me propuse desde joven, ser músico. Ha sido un tiempo de aprendizaje estupendo, de crecimiento musical y personal, contando con la experiencia que no olvidaré nunca de El Último de la Fila.

-¿Qué ofrece Manolo García en su último disco 'Geometría del rayo'?

-Ofrezco la sinceridad de intentar engranar un discurso sentimental y emotivo. Intento vivir mi vida al hilo de las músicas, de la cultura, del arte, de lo más bonito que me puede ofrecer esta sociedad. En este disco estoy ejerciendo la capacidad de músico con gran placer, pasión y dedicación, al servicio de esas canciones. Estoy viviendo en ellas, acercándome a los demás a través de este disco y de los anteriores.

-¿De dónde saca la inspiración?

-De vivir, de ejercer como ciudadano de a pie. De llevar una vida corriente, tranquila, reflexiva, pendiente de lo que ocurre a mi alrededor en lo social, en lo político, humano y artístico. De abrir los ojos cada mañana. Así salen los discos. Ser superior, especial, famoso, tocado por la varita de los dioses está alejado de mi pensamiento. Admiro a músicos, escritores, pintores y los disfruto muchísimo.

-La gira de teatros y auditorios comenzó el 6 de abril y está llenando cada lugar ¿cómo se toma este apoyo del público?

-Con mucha responsabilidad y una seriedad y rigor absoluto intentando colmar expectativas y que la gente salda de los conciertos contenta, ilusionada, habiendo pasado un buen rato y participando en esta propuesta en la que se busca la emoción, que ese día sea diferente, mágico. Capitaneo un proyecto lleno de ilusión donde trabajan más de veinte personas, cada una responsable de una parte de este engranaje (música, ensayos, sonido, luces, viajes). La respuesta de la gente hace que crezcamos y pensemos que no podemos fallar. Es el espíritu con el que salimos a la carretera, con un respeto absoluto por el público y teniendo muy en cuenta el esfuerzo que supone pagar una entrada.

-¿Cómo es su directo actual?

-Somos nueve músicos en el escenario. Hay una parte donde toco diez de los quince temas nuevos (el disco incluye dieciséis pero una de las canciones tiene dos versiones). En la segunda parte de la gira mi idea es tocar prácticamente todas. El concierto es bastante largo y, algunas noches, llevado por el frenesí y entusiasmo puede llegar casi a las tres horas. Normalmente son conciertos de más de dos horas con lo cual podemos interpretar las diez canciones nuevas y unas quince más de los discos anteriores. Resulta bastante variado, con partes más íntimas, con la gente sentada, y otras en las que conseguimos que el público se levante porque gana grados de intensidad, poder rockero, más guitarrero y enérgico y con un sonido excelente. Lo estoy pasando muy bien. La finalidad es ser feliz y dar alegría a los demás.

-La segunda parte de la gira será en recintos grandes ¿resulta complicado mezclar ambos formatos?

-Hay un cambio de repertorio y un periodo para ensayar al terminar la primera parte. Se adapta la idea y el espectáculo. Empecé en la música desde cero, tocando en bares para tres o cinco personas que estaban ahí por casualidad, ni te miraban ni aplaudían. Haber ido escalón a escalón te hace ser humilde y estar preparado para todo. He llegado a actuar ante 240.00 personas en Barcelona. Te adaptas a todo. El teatro es más íntimo, cercano, a flor de piel y los grandes recintos suponen una celebración más brutal, un océano embravecido.

-¿Está centrado exclusivamente en la gira o tiene otros proyectos?

-Sí, vamos a preparar una exposición de pintura en Bilbao en noviembre. Allí está programado mi último concierto y expondré con una artista catalana (Montse Causells) con la que he formado el colectivo Gótico Sur. También queremos ofrecer un par de 'performance'. Estoy pintando como un loco, muy contento, compaginándolo con la gira.

-Y para finalizar, ¿tiene algún mensaje para el público?

-Estoy agradecido y contento por la respuesta a mi convocatoria. Vuelvo con todo el cariño como otras veces. Intentaremos dar el concierto más bonito posible.