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Fotografía sueca de principios del siglo XX. Europeana CC-PD.
Por qué brindamos siempre en alemán, aunque no lo sepamos

Por qué brindamos siempre en alemán, aunque no lo sepamos

Gastrohistorias ·

Tanto «brindis» como «brindar» son palabras procedentes del idioma teutón que se empezaron a usar en España en el siglo XVI

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Sábado, 12 de enero 2019, 07:56

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En estas pasadas fiestas navideñas habrán hecho ustedes multitud de brindis mezclados con deseos de salud, prosperidad y buenas intenciones. Ya saben, chocar las copas, mirarse a los ojos y amén. Pero seguro que en ninguno de esos momentos han pensado que estaban utilizando una palabra alemana, igual que no lo piensan cuando le brindan a alguien una oportunidad, un homenaje o un regalo. Pero ahí donde lo ven, según la Real e ínclita Academia Española «brindis» viene de la expresión en alemán bring dir's o más bien de la frase Ich bringe dir es, que significa «yo te lo traigo» o «yo te lo ofrezco». La RAE dice que brindar viene de brindis pero aunque suene un feo enmendar la plana a esta señera institución, lo cierto es que el verbo apareció en los diccionarios españoles antes que el sustantivo ( en el 'Diccionario muy copioso de la lengua española y francesa' de Juan Palet, 1604) y que durante el siglo XVII además de brindis se utilizó el término «brindiz» y «brindes». Este último es el que calaría en en Portugal, donde se sigue diciendo «fazer um brinde».

En realidad, beber a la salud de otra persona y aprovechar el momento para soltar alguna alharaca es más viejo que la tos. El historiador griego Tucídides (siglo V a.C.) ya explicó en su 'Historia de la Guerra del Peloponeso' cómo los atenienses bebían en honor unos de otros con copas de oro y plata. Pero serían los teutones —y su mítica afición por el libar— quienes nos traerían los brindis a principios del siglo XVI a través seguramente de los séquitos de Felipe el Hermoso y Carlos I. Así lo contó el escritor toledano Sebastián de Horozco (1510-1579) en su obra 'Libro de los proverbios glosados', donde explicaba el origen de distintos refranes y locuciones. «Antes que a España viniesen extranjeros como son flamencos, franceses, alemanes, ingleses y de otras naciones que beben bien, no sabíamos qué cosa era brindar hasta que ellos nos lo mostraron. Y es que en los convites, fiestas y regocijos donde se come y bebe se usa ya que unos beben a otros que se llama brindar, tomando el uno la taza en las manos con el vino y diciendo al compañero las palabras desuso escritas: el español al español, Yo bebo a vos, y el francés al francés, Je beu a vu. Y bebe y el otro es obligado a hacer otro tanto y beber. Y han salido en esto los españoles tan buenos maestros que brindan muy bien aunque a la verdad templadamente, aguando el vino para no salir de tino, lo que no hacen los de las otras naciones que no tienen por infamia emborracharse y caerse de beodos aunque sean personas de cuenta, lo que es muy ajeno de los españoles honrados».

Ya ven, pues, que debemos a los alemanes una palabra tan jolgoriosa como ésta. También los portugueses y los italianos (brindisi), mientras que los franceses se quedaron con otro término de origen teutón: trinquer, del alemán trinken (beber). Irónicamente y después de haber enseñado a empinar el codo a media Europa, en Alemania usan desde el siglo XVIII y gracias a la influencia estudiantil la expresión Prost, abreviatura vulgar del latín prosit (presente subjuntivo del verbo prosum, prodesse) que significa literalmente «que aproveche».

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