«En el futuro, como en el presente y el pasado, el libro será siempre el mismo»
César Sánchez | Editor de Fulgencio Pimentel ·
'El libro del futuro', de la editorial Fulgencio Pimentel, logra el segundo premio nacional a los Libros Mejor Editados en 2018, en la categoría infantil y juvenil'El libro del futuro' es uno de los títulos mejor editados en nuestro país en 2018. Sus autores y editores son Joana Carro y César Sánchez, ambos al frente de la editorial riojana Fulgencio Pimentel (junto con Alberto García Marcos). Las ilustraciones las firma María Ramos.
Se trata de un libro-cápsula del tiempo, con actividades para niños y niñas, y cuyos editores se comprometen a devolver a cada niño la carta que se dirigió a sí mismo al cabo de quince años de su envío.
-Este segundo premio nacional coincide con el que lograsteis en 2017 por 'Los Cuentos de la Navidad dorada'. ¿El próximo será el primer premio?
-Para nosotros es un honor igualmente. En este caso, en la categoría infantil estábamos rodeados en primer y tercer lugar por Kalandraka, que es una editorial muchísimo más veterana y con un volumen de títulos muy importantes. El año pasado, por ejemplo, ganamos el José Lázaro Galdiano (por 'Setras' de Berio Molina), el único premio para la edición con dotación económica y probablemente el más importante junto con este premio nacional, así que estamos bastante contentos y bien servidos en este sentido.
-Este galardón es un espaldarazo, un reconocimiento a un proyecto asentado... ¿qué supone?
-Para nosotros es siempre una sorpresa muy agradable y nos recuerda que lo que hacemos sigue teniendo peso aunque pase el tiempo por ello. Y reactiva un poco este libro, que ahora mismo hemos licenciado en unos cuantos países, entre ellos Corea, Francia y toda Latinoamérica, y con editoriales importantes. Además es un libro cuya edición per se no era tan importante como el concepto en sí y la dinámica del proyecto, porque es una especie de cápsula del tiempo convertida en libro, y que lleve un premio de edición es muy valioso.
-Al hilo de su título, ¿cómo imagina el libro del futuro? Si es que habrá libros en el futuro...
-Me temo que sí porque, aunque todos estamos leyendo ya en pantallas táctiles y la cosa no tiene marcha atrás, el formato libro es imbatible. Después de quince años trabajando como editor sé lo que es y sé que una editorial, al margen del formato que trabaje, es el espejo donde se mira el autor y el lector. Nosotros somos una editorial que fomenta además la fidelidad lectora. Luego el libro del futuro será como el del presente y como el del pasado; da igual que esté impreso en pieles de cordero o en papel, el libro será siempre el mismo.
-Fundó Fulgencio Pimentel con la edición de cómic y poesía; luego llegó el libro infantil y juvenil y la narrativa de adultos. ¿Cuál es vuestra apuesta actual?
-Ahora mismo tenemos un catálogo muy estable y apreciado fuera de España. Nuestro propósito es fortalecer la colección literaria -incluye títulos de Sabina Urraca, Eduardo Halfon, Eduard Limónov...-, que ya es bastante apreciada pero tenemos que hacerla crecer y tan respetable como es la colección gráfica. La verdad es que somos una editorial muy artística. Lo que de verdad nos pone es encontrar un artista y quedarnos deslumbrados, que nos haga vibrar y acompañarlo.
-Deduzco que el autor es la prioridad para Fulgencio Pimentel.
-La lectura es el camino más rápido y directo con la intimidad, por eso nos importa tanto el autor.
-¿Cuántos títulos suma el catálogo de Fulgencio Pimentel (nombre tomado de un tema de Vainica Doble)?
-Ronda los 200. Ahora editamos entre 25 y 30 títulos al año, aunque de tiradas diferentes.
-Han conseguido afianzarse en el mundo de la edición independiente gracias a su cuidado catálogo, su preocupación por el diseño, los magníficos acabados. ¿Cuánto pesa el continente y cuánto el contenido en vuestras ediciones?
-Creo que está muy equilibrado el peso de lo gráfico y lo estético con el peso artístico de las obras. No creo que en las listas de las mejores ediciones del año nos voten por el diseño, sin embargo sí creo que la cubierta de un libro es como la cara de una persona, y sus gestos y lo que proyecta debe hacerle justicia al contenido. Y desde luego somos gente que practicamos nuestra propia bibliofilia, que no encaja con los cánones, pero nos hemos criado en librerías de viejo y de nuevo, y lo seguimos haciendo, y eso se nota. Creo que el diseño es una cuestión de tradición y mucho menos de innovación, y lo que hacemos es creernos parte de esa tradición con honradez.