Un año más (y van 13) el Centro Fundación Caja Rioja de Gran Vía presenta, hasta el 14 de junio, 21 de las 52 obras ... que han concurrido al Certamen TransformARTE, realizadas con materiales reciclados. El ganador ha sido José Arenas con la obra 'Desolado', homenaje a la gente que abandona su país por la guerra y emprende un camino que no sabe adónde va a llevarle, evocando así el descomunal éxodo ucraniano. Una cabeza, con un gesto de dolor lacerante, hecha con un tronco de esos que viajan aguas abajo, apoyada sobre lo que parece un tajo de carnicero.
La calagurritana Laura Navarro, con 'Raíces', se ha hecho merecedora del Premio Joven, una obra que asemeja el esqueleto de un tronco humano, hecha con sarmientos, un garrafón y unas botellas. Las menciones especiales han sido para al arnedano Paco Checa por 'Depredador', el logroñés Eduardo Domínguez Cabrerizo por '¡Mírame, Anya!', la madrileña Sonia de Viana por 'Zarpato' y a la ripense Ana Valenciano por 'Este tampoco contesta'.
Materiales de estocaje de chamarileros, de chatarreros, etc. que se han salvado de la destrucción gracias a la imaginación de los artistas. Una segunda y bella vida para 'basura' de todo tipo, incluidos plásticos recogidos en la playa.
El 'arte povera' suele encubrir una crítica a la sociedad consumista e industrializada, con la finalidad de estimular una reflexión en los espectadores. El uso de materiales cotidianos indica un rechazo implícito a cierto tipo de prácticas artísticas e, incluso, a la noción de belleza, con lo cual estas obras, por los materiales con que están realizadas, representan una disensión del discurso oficial del arte.
Lenguaje que apuesta por una estética de lo cotidiano, lo ordinario, lo austero e incluso lo feo, cuyo valor plástico se basa en la relación entre los objetos y su manipulación, buscando que la sociedad entable nuevas formas de diálogo con ellos.
Lo que se cuestiona el espectador es si este tipo de arte, cuya primigenia idea viene dada por el objeto encontrado, al que hay que completar con otros de similar rango, ocasiona un parto más doloroso que el de los artistas que se encuentran ante la tela en blanco o ante la pieza virgen.
Como en el arte convencional las ideas geniales sí existen, el visitante a este tipo de muestras de arte se pregunta si también en ellas está presente.
Al aceptarse que en la genialidad intervienen distintas proporciones de contemplación, exploración, aspiración, imitación, inspiración, frustración, improvisación, enorme sudoración y minúscula orgásmica euforia; cabe preguntarse si estos artistas, que tienen como patrono laico a Germano Celant, son de los que más sudan y de los que menos gozan la orgásmica euforia, o viceversa.
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