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«Espartero no quería vivir en Madrid, sentía pasión por Logroño y la Fombera»

«Espartero no quería vivir en Madrid, sentía pasión por Logroño y la Fombera»

Adrian Shubert | Catedrático de Historia en la Universidad de York (Toronto) ·

El catedrático canadiense Adrian Shubert, uno de los hispanistas que mejor conoce el siglo XIX, presenta en España su último libro, 'Espartero, el Pacificador', una biografía innovadora sobre la figura del Duque de la Victoria

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Jueves, 1 de enero 1970

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La editorial Galaxia Gutenberg presenta esta próxima semana, a nivel nacional, el libro titulado 'Espartero, el Pacificador', escrito por el canadiense Adrian Shubert, catedrático de Historia en la Universidad York (Toronto). Se trata de una ambiciosa biografía sobre el Duque de la Victoria, tanto a nivel personal como militar y político, en la que, además de Espartero, adquiere gran protagonismo su esposa, María Jacinta Martínez de Sicilia y Santa Cruz, duquesa de la Victoria. De esta manera llega, por fin, una biografía más que necesaria y llega, además, de la mano del profesor Shubert, uno de los hispanistas anglosajones que mejor conoce el siglo XIX español.

ESPARTERO, EL PACIFICADOR

  • Autor Adrian Shubert. Estilo: Ensayo

  • Editorial Galaxia Gutenberg. 760 páginas

  • España 2018. Precio: 30 euros.

-Después de tantos años y de tantos esfuerzos detrás de la figura de Baldomero Espartero, ¿estamos ante su biografía definitiva?

-¡Yo no soy quién para decir eso! Sí le diré que se trata de un trabajo muy profundo, para el que he buscado y localizado una cantidad ingente de documentación en muchos lugares, y también me ha llevado su buen tiempo escribirlo. Desde luego, cuando, a finales de verano, recibí los primeros ejemplares del libro en Toronto sentí una inmensa alegría. Han sido tantos años de trabajo...

-La nueva documentación que ha manejado se antoja fundamental en la inédita perspectiva que ofrece del personaje, ¿no?

-Ha sido una documentación ingente y muy laboriosa de analizar. Pero los documentos más importantes, sin duda, han sido los papeles privados de Espartero, que pertenecen al Duque de la Victoria. Tanto el actual, Pablo Montesino-Espartero y Velasco, como su padre, ya fallecido, me han dado toda clase de facilidades tanto para consultar la documentación como para escanearla. ¡Tengo nada menos que 32 cedés con archivos digitales!

Espartero y el general Grant

-¿Qué importancia tuvo Espartero en la historia de España y en el resto del mundo en general?

-Yo diría que fue la figura más importante de todo el siglo XIX en España, por desgracia una figura olvidada. Cuando yo explicaba a mis colegas, allá en América, quién era Espartero, su trayectoria militar y política, me comentaban que podría ser comparable con la del general Ulysses Grant en Estados Unidos. Grant fue vencedor en una guerra civil, llegó a ser presidente... La idea de que el general Grant no hubiera sido biografiado durante décadas y décadas sería inconcebible en su país. Pues eso es lo que ocurría hasta ahora con Espartero en España.

-¿Qué aporta de novedosa la visión que usted ofrece en 'Espartero, el Pacificador'?

-En cuanto a su persona, este libro contribuye mucho, ya que he tenido acceso a documentos personales hasta ahora inéditos. Desde mi punto de vista, lo más interesante es la relación que siempre mantuvo con su mujer, María Jacinta Martínez de Sicilia y Santa Cruz. Es la otra protagonista del libro. Sobre el legado político de Baldomero, el retrato que hago es más positivo que el que ofrece la imagen que de él suele ofrecerse en los libros de historia.

-Desde luego, no destacó por ser un magnífico gestor público...

-En mi biografía soy crítico respecto a su faceta política, en la que no se mostraba nada hábil, aunque en su defensa tengo que decir que siempre manifestó buenas intenciones. Trató de gobernar como un jefe de Estado constitucional, pero le tocó lidiar con unas circunstancias muy adversas y, sobre todo, con una clase política demasiado complicada de manejar. Espartero no atesoraba la capacidad ni las habilidades necesarias para ser estadista en una época tan convulsa.

El rey que no fue

-En su biografía, analiza especialmente el capítulo en el que Espartero fue propuesto para ceñir la Corona de España.

-Tras la Gloriosa, la clase política buscaba un candidato para restablecer la monarquía, lo que agitó la diplomacia europea para que sus respectivos países tuvieran opción de ocupar el trono español; también cada partido político tenía su candidato. En ese contexto surgió una campaña en favor de Espartero, a pesar de que desde el primer momento el propio Baldomero aseguró que no estaba interesado. Él era consciente de su edad, de su delicada salud y de que no quería pasar sus últimos años en la Corte. Espartero no quería moverse de Logroño. Sin embargo, un grupo de diputados progresistas, entre ellos el catalán Víctor Balaguer, mantuvieron su apuesta y, en un momento dado, llegaron a las Cortes 270 peticiones para que Espartero se convirtiera en rey, avaladas por más de cien mil firmas. Fue una candidatura realmente popular.

-¿Por qué fue tan popular?

-Espartero gozó de un culto increíble por parte de la gente y, además, duradero en la memoria. Se trata de un militar que se hizo famoso en 1836 tras la victoria en Luchana y, más tarde, jugó un papel crítico en dos ocasiones, primero como regente de Isabel II y, después, como presidente del Consejo de Ministros durante el Bienio Progresista. Y en los dos fracasó. Pero, a pesar de todo, ese culto se mantuvo vivo y fuerte hasta que Baldomero era ya un anciano. Para mí, es un fenómeno extraordinario. El culto a Espartero era muy fuerte en Cataluña, a pesar de que ordenó el bombardeo de Barcelona. Su figura fue muy popular allí. El esparterismo catalán es una parte de mi libro muy importante.

-Ha elegido 'el Pacificador' como título de su ensayo...

-Espartero fue premiado con muchos títulos de la nobleza: Príncipe de Vergara, Duque de la Victoria, Duque de Morella, Conde de Luchana y Vizconde de Banderas. Pero para la gente del pueblo, Baldomero era 'el Pacificador', el hombre que trajo la paz. Sin duda, esa es la base del culto por su figura.

-¿Qué influencia tuvo Logroño, donde residió muchos años, en el general Espartero?

-El matrimonio tuvo una vida retirada, sin muchos actos sociales. Eran figuras importantes en la sociedad riojana, pero a Baldomero lo que más le gustaba era ir a su finca de la Fombera, plantar árboles, cuidar sus plantas... era un hombre sencillo. Lo que sí es cierto es que, aunque él era manchego y estaba orgulloso de ello, apenas mantuvo contacto con su tierra natal ni con su familia. Poco a poco se fue enamorando de Logroño y de La Rioja en general. Sentía pasión por la ciudad y por su finca de la Fombera. Se puede asegurar que el tiempo que residió en Madrid fue tan sólo el indispensable, siempre quería volver a Logroño y dedicarse a sus aficiones.

-La próxima semana presenta su libro a nivel nacional. ¿Para cuándo su presencia en Logroño?

-Mi intención era ir ahora a Logroño, pero no ha podido ser. Es muy posible que en mayo del año que viene regrese a España y pueda presentar 'Espartero, el Pacificador', posiblemente en el Ateneo Riojano. La ciudad conserva mucho patrimonio sobre Baldomero y Jacinta, y sería bueno que el resto de España lo conociera.

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