«Escribir poesía te ayuda, es mi manera de afrontar la realidad»

Ante un suceso ocurrido en los alrededores de su ciudad, un crimen real y terrible que contagió de un oscuro dolor a todos sus habitantes [el asesinato del pequeño Álex en octubre de 2021 en Lardero], la poeta Adriana Bañares (Logroño, 1988) no pudo reaccionar de otra manera: escribió un poema, un largo, inquietante y hermoso poema titulado 'Urbe Capensis' que ha editado Prensas de la Universidad de Zaragoza en su colección La Gruta de las Palabras y hoy presenta y lee completo en La Casa del Libro (19 h.).

«Escribir poesía es mi manera de afrontar la realidad; te ayuda», afirma la autora, que no pierde la emoción y los nervios al hacer pública otra de sus obras aunque lleva escribiendo desde siempre y publicando poemarios desde los veintidós años ('La niña de las naranjas', 2010).

«Ya casi no me reconozco en aquellos poemas», comenta al recordar a aquella precoz poeta premiada con la X Beca Jóvenes Artistas 'Con Proyección'. Pero ha pasado el tiempo y ya está un poco hasta el moño: «Tengo la sensación de que en esta ciudad sigo siendo la eterna aspirante». Otros cinco títulos publicados por el camino hablan de hecho de una poeta con una larga evolución y ya madura: 'La involución cítrica' (2011), 'Engaño progresivo' (2012), 'Ánima esquiva' (2013), 'Ave que no vuela muere' (2015) y, el más reciente, 'Recaya' (2019, Premio Ateneo Riojano).

«En 'Recaya' mi poesía era más racional –comenta– y creo que en 'Urbe Capensis' me he permitido salir del armario del surrealismo para escribir con más simbolismo. Ahora me exijo mucho más pero al mismo también me he liberado bastante».

Las paradojas la enriquecen, los retos no pueden con ella y, sobre todo, la poesía le acompaña. '... Y sigo caminando por unas calles que ya no reconozco temiendo y esperando el reencuentro con las mismas ganas, el mismo miedo y el mismo frío'.