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El torero retirado 'Joselito', en su finca de Talavera de la Reina. :: GONZALO CRUZ
«Lo que engrandece al toreo es ir a la plaza y no saber nunca qué va a suceder»

«Lo que engrandece al toreo es ir a la plaza y no saber nunca qué va a suceder»

José Miguel Arroyo 'Joselito' | Torero y ganadero ·

El diestro madrileño, favorito de la afición logroñesa en los años 90, ofrece hoy el pregón taurino a las 20 horas en el Ayuntamiento

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Jueves, 13 de septiembre 2018, 10:01

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Recuerda José Miguel Arroyo 'Joselito' aquellas tardes pasionales suyas en la La Manzanera en los años 90: «Tengo enormes recuerdos de Logroño, eso que las cosas no comenzaron nada bien porque en mi debut tuve que salir escoltado por los antidisturbios... Luego se convirtió en una de mis plazas y llegué a torear varias veces muy a mi gusto, sobre todo en la vieja». El torero de Madrid pronunciará esta noche el pregón de San Mateo organizado por el Club Taurino Logroñés, a partir de las 20 horas en el Auditorio del Ayuntamiento.

-Se anunciaba usted casi todos los años dos tardes y había una leyenda extendida por toda la ciudad en la que se creía que una no hacía nunca nada y en la otra se marcaba el faenón de la feria. ¿Era algo premeditado?

-En absoluto..., iba a dos corridas y a lo mejor se cambiaba el orden de la bronca y el triunfo, pero no, las cosas salían así de forma natural.

«Logroño era mi plaza, aunque cuando debuté salí escoltado por los antidisturbios»

-Usted es un torero que gravitaba siempre en la imprevisibilidad y su forma de ser hizo que mucha gente se aficionara a los toros a través de su figura. ¿Era consciente de todo aquello?

-Tenía la suerte de poder conjugar un punto de macarra y de chaval de barrio con la persona educada y tímida que también era. No sé, funcionaba como un cóctel curioso que visto desde fuera se hacía apetecible para la gente. Lo que siempre intentaba era obrar por lo que me dictaba el corazón. No hacía casi nada con premeditación y lo que salía era lo que en cada momento llevaba dentro. Eso sí, a veces era maravilloso y otras veces, una castaña.

-¿Es diferente el toreo actual al de su época?

-Hay una evolución constante. Me retiré hace 15 años y cuando reaparecí aquel día concreto en Istres (Francia) noté que me había estancado. Ahora hay mucha verdad, mucho valor pero falta improvisación. Da la sensación de que se sabe todo lo que va a pasar antes de la corrida, como si se hubiera perdido ese punto de magia que tenía no saber por dónde iba a tirar el torero.

-¿A qué se debe?

-Los toreros salen con la idea de estar perfectos todos los días. Y eso no se puede. Al final se cae en la monotonía y que el espectáculo tenga un carácter predecible. Lo que engrandece al toreo es la sensación de imprevisibilidad. Yo he recibido broncas descomunales y esos que me pitaban un día, al día siguiente volvían con más ganas de emocionarse con mi toreo. La pasión es esencial.

-¿Y eso se puede enseñar?

-He sido director de la Escuela Taurina de Madrid y toda mi ilusión era poner mi experiencia a trabajar en favor de los chavales... Y después de dos años me di cuenta de que en el fondo les había perjudicado porque les enseñé cosas que debían descubrir por sí mismos. Les quieres allanar el camino y es contraproducente. Cuando era becerrista me decían que andaba muy bien. Ahora ves a cualquier chaval que está empezando y lo primero que decimos todos es que anda como un matador de toros. Eso es un error, el becerrista tiene que andar como tal y cometer errores. Ya aprenderá si vale para esto. Si algún día vuelvo a la escuela no les enseñaremos nada a los chavales, que lo descubran. Les hablaremos del toreo, de lo que es, pero no de cómo se hace, les pondremos películas antiguas, fotos, historias. El resto lo tienen que aprender y sentir ellos.

-¿Le ha cambiado su forma de ver el toreo ahora que es ganadero?

-No. El fondo es el mismo. Lo que sí me ha hecho es respetar más a los toreros. Quizás cuando estaba en activo no era consciente de lo que suponía ponerse delante y no valoraba todo lo que hacían mis compañeros porque sólo estaba pendiente de mi mundo.

-¿Sigue siendo de izquierdas?

-A mi modo, porque tengo los mismos ideales de igualdad y de rebeldía. Pero con esta izquierda no me identifico nada porque no es nada aperturista ni progresista, excepto con lo que ellos quieren. En el fondo persiguen la dictadura de imponer al resto sus ideas.

-¿Cómo fue eso de torear con el 'Himno del amor' de Edith Piaff?

-Maravilloso.

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