La donosura de Urdiales en Santander se tropieza con su espada
Gran faena del riojano al natural que ofrece su mejor versión con dos toros de poco fuelle de Juan Pedro Domecq
La espada ha privado de un triunfo importante a Diego Urdiales en Santander después de una faena de su sello en la que destacó ... al natural en dos series plenas de torería, naturalidad y valor. El enorme toro de Juan Pedro Domecq, de más de 600 kilos, sacó un cierto fondo de nobleza a pesar de su mansedumbre y el diestro riojano lo ligó toreando muy reunido y pisando un terreno muy comprometido.
La faena fue de menos a más, corrigiendo el diestro de Arnedo la brusquedad de la embestida, que siempre lanzaba derrotes al final del viaje. Lo sacó a los medios y poco a poco logró bajar los humos al toro para hacer el toreo con la mano izquierda, con los vuelos, bajando la mano con enorme suavidad y gusto.
La faena creció en intensidad y en compás, con varios lances absolutamente deletreados.
El final rebosó gusto con tres molinetes ligados sin la más mínima violencia. Dibujó una trincherilla colosal y hermosa que hizo estallar el codo de Cuatro Caminos.
El toro, de nulo fondo, acusó el toreo y se defendió en el embroque de la estocada. Pinchazo hondo y huida despavorida hacia los chiqueros. Una pena porque el riojano tenía en sus manos un triunfo muy rotundo sin salirse ni un ápice de su naturalidad, como demostró a la verónica en los dos recibos en los que hizo volar el capote con su proverbial donosura.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión