Mikel Erentxun protagonizó el pasado jueves el primer gran concierto del festival Actual 2025 llenando el auditorio de Riojafórum. Y lo hizo iniciando la ... gira 'DD40' que conmemora los 40 años del dúo guipuzcoano Duncan Dhu, eso sí, sin el 50% que es Diego Vasallo. También es cierto que, de inicio, la banda era un trío que completaba Juan Ramón Viles, actualmente concejal del PNV de San Sebastián. Y que Vasallo no ha participado en la gira por decisión propia. «Demasiados años a la espalda, demasiados recuerdos, demasiado de todo», justificó.
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Mikel Erentxun estuvo acompañado de una banda de cuatro músicos (Mikel Azpiroz, Rubén Caballero, Fernando Neira y Karlos Arancegi), todos uniformados de negro, sobre un escenario cuya única decoración fueron los instrumentos y focos. Y arrancó el repertorio a ritmo de rockabilly, fiel a la concepción original de Duncan Dhu. Eso sí, tuvieron que transcurrir cuatro canciones con el público frío hasta que sonara un tema conocido como 'Una calle de París' para que los espectadores despertaran tímidamente.
Aunque elegante y correcto, el repertorio inicial resultó descafeinado. Sobre todo porque, sin la gravedad que aporta Diego Vasallo, el concierto se convierte, inevitable y lógicamente, en una actuación de Mikel Erentxun, que no es poco, pero que no es nada nuevo. Desde el Muwi hasta el Gran Reserva del Holika han tenido ya a Mikel Erentxun en cartel. Y ya solo el hecho de que las coincidencias entre el Holika y el Actual sean más habituales que ocasionales debería llevar a la reflexión, si es que se desea reflexionar. Cabe recordar que para el 30 aniversario Duncan Dhu cerró el Actual 2014, con Diego Vasallo y con mucho mejor resultado final. Aquella fue la gira de 'El duelo'. Pero este nuevo homenaje a Duncan Dhu empieza a ser como el eterno autotributo de Los Secretos que, por cierto, regresan a Riojaforum el 15 de febrero.
No obstante, tras ese soso primer tramo de concierto hubo un punto de inflexión en el directo: 'Palabras sin nombre'. Entonces el repertorio cobró fuerza y emprendió la segunda parte desgranando, entonces sí, éxitos como 'Esos ojos negros', 'Jardín de rosas' y 'La casa azul'. Fueron emocionantes, nostálgicos y celebrados momentos, ya con el público en pie, algo que se esperaba pero que tardó mucho en llegar. Tanto que, al llegar, ya se estaba acabando el concierto y después de una hora de directo Mikel Erentxun aparentemente se despidió sin buena parte de los temas clásicos sin tocar y con el público encendido.
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Obviamente, la actuación continuó y, reducida la formación a guitarra, bajo y batería, más fiel a los originales Duncan Dhu, sonó 'Casablanca'. Mikel Erentxun se hizo de rogar al volver a abandonar el escenario tras 'No puedo evitar (pensar en ti)' y provocar otra innecesaria ovación para regresar y terminar, ya de nuevo con toda la banda, con 'Cien gaviotas' y una apoteósica 'En algún lugar'. El concierto duró apenas una hora y media, y resultó corto porque había repertorio para más, además de excesivamente interrumpido por los vaivenes. Pero hay que reconocer que, a cambio, tuvo la valentía de no acomodar el listado de canciones solo a los grandes éxitos sino aportar sus temas favoritos, más desconocidos, como 'Daga y flor', o más difíciles de interpretar, como reconoció que es 'Y la tarde está muriendo'.
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