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J. Sainz
Miércoles, 5 de febrero 2025, 07:00
De un supuesto caso de censura institucional a simple malentendido. En cuestión de veinticuatro horas la Biblioteca Rafael Azcona ha retirado y restituido un cuadro del artista riojano David Lapeña. 'Maristas', una obra así titulada que forma parte de la exposición temporal 'Iconos y narrativas', ... programada hasta finales de febrero en la biblioteca municipal, muestra a un niño desnudo en un aula frente a un sacerdote. El lunes fue retirada y el martes fue repuesta. Todo se ha debido a «un error», según la concejala de Cultura Rosa Fernández. Sin embargo, las explicaciones previas dadas al autor hablaban de «presiones del colegio al alcalde». Conrado Escobar lo niega: «Taxativamente, no».
«He dado la orden taxativa de que se mantenga el cuadro –recalcó el alcalde a este diario personalmente–. Este cuadro se tiene que quedar y punto. No hay tu tía. Es cierto que el insituto marista está sensible por la pederastia, pero está muy tranquilo con la permanencia del cuadro. Lo han aceptado».
La versión oficial atribuye a «una confusión» su momentánea retirada durante la tarde del lunes. «Un malentendido» entre el Ayuntamiento y la dirección de la biblioteca, según la concejala Fernández. «Un error con las fechas de la exposición», según la directora Esther Felipe. «No hay nada», insisten también desde la oficina municipal de prensa.
Ciertamente, ayer la exposición se reabrió al público en su integridad, incluyendo 'Maristas', la pieza en cuestión. Pero, entre la retirada del cuadro y su restitución media la intervención periodística. El Ayuntamiento corrigió el enredo solo después de que este diario se interesara por esclarecer los hechos.
Es una de esas historias que conviene contar cronológicamente. En la mañana del martes, David Lapeña publica en Instagram el siguiente mensaje: «Este cuadro que estaba colgado en la exposición que tengo actualmente, y hasta fin de mes, en la biblioteca pública Rafael Azcona, ha sido censurado por el Ayuntamiento de la ciudad de Logroño». Y lo acompaña con dos reproducciones de la obra, una de ellas con el rótulo 'censurado'.
Puestos en contacto con el artista, Lapeña afirmó que hace dos semanas la directora de la biblioteca se puso en contacto con él para explicarle que había «quejas del colegio Maristas al alcalde» y que se había decidido retirar la cartela en la que figura el título, 'Maristas'. Es esta la única mención expresa al centro religioso, puesto que en la pintura no aparece ningún elemento que lo identifique.
Se trata de un cuadro pintado en 1999 y que ya ha estado expuesto anteriormente en otra sala de arte de Logroño. «Mi intención no era atizar a la Iglesia», explica el autor, antiguo alumno del centro. «Simplemente expresa la sensación que yo tenía en clase con los curas, esa sensación de miedo de un niño pequeño frente al poder de ellos». Lapeña entiende que hoy se interprete «de otra manera» y que produzca «cierto malestar». «Después se destaparon los casos de pederastia en el seno de la Iglesia -cuenta-, pero la intención original del cuadro no iba por ahí».
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Pese a ello, transigió con la retirada de la cartela de la exposición. Hasta que este lunes volvió a recibir otra llamada de la directora de la biblioteca diciéndole que las quejas persistían y que finalmente se había decidido retirar también el cuadro. Fue entonces cuando decidió publicarlo en sus redes sociales.
Este martes, ante las llamadas telefónicas de Diario La Rioja, la biblioteca primero confirmó la retirada del cuadro y, pocos minutos después, comunicó que volvía a colgarlo atribuyendo todo el asunto a una confusión con las fechas de duración de la exposición, creyendo por error que terminaba en enero en lugar de en febrero y que debía ser retirada completamente.
La reacción del Ayuntamiento y de la Biblioteca Rafael Azcona niega rotundamente cualquier tipo de censura. Aunque sí se admite haber recibido una queja por escrito a propósito de 'Maristas', insisten en que su breve retirada se debe a «un malentendido». Sin embargo, nadie ha explicado por qué se retiró la cartela con el título del cuadro, lo cual contradice la versión oficial de que aquí no ha pasado nada, y quién dio la orden de hacerlo. «Fue una decisión de quien tiene la potestad», trató de zanjar la concejala. El alcalde Escobar, por su parte, fue lapidario a la hora de despejar cualquier duda: «Ante todo, libertad de expresión».
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