Ver 11 fotos
A de Actual B de Bewis O de Ockami y Z de Zigarros
Entre un Vermú memorable y un último Concierto Grande en el Bretón con la banda de los hermanos Tormo, el festival se acerca al final sin resolver su sopa de letras
A de Actual. El festival riojano se aproxima al final después de una buena cuarta jornada que, no obstante, ahonda en su rebrote de ... personalidad múltiple. El último Vermú fue memorable y los Grandes Conciertos terminaron anoche también a gran nivel, aunque la extraña sensación de haber errado el escenario deja un sabor a tabaco fumado en el sitio equivocado.
B de Bewis. Bewis de la tierra, Bewis de la luna, Bewis de La Mancha y Bewis de La Rioja. La auténtica Bewis de la Rosa, de verdad auténtica, se metió Actual en el delantal con su sola presencia y mucho curro de mujer con alma de campo. No se le puede llamar espectáculo, que lo es, ni concierto, que también, ni performance, sobre todo; hay que llamarlo 'qué buen rato hemos pasado contigo, amiga'. No te vayas o vuelve pronto. Y sigue así: con amor más que nunca.
Descubierta para el público riojano en el Sierra Sonora de Viniegra, los vermús en Franco-Españolas han tenido el gran acierto de cerrar con ella su serie de conciertos y redimir de cuajo otros estragos más populistas y comerciales del festival. La manchega Beatriz del Monte es una artista total, pero sobre todo es una mujer entrañable –de entraña– y admirable de raíz. Compone, canta, baila y sermonea con la misma soltura que te borda unas bragas con mensajes para hacer el amor y no la guerra. Cosas que aprender del feminismo joven.
Estaba mala de morirse, pero hizo de tripas corazón y sus cuarenta de fiebre se los contagió al complicado público de mediodía desde que apareció en el salón de la bodega cantando a capela 'Mi tierra' entre los espectadores. Castañuelas, botijo y pucherito de palabras, cada tema de su 'Amor más que nunca' es un documento sonoro de rap rural, reivindicación de la memoria matriarcal y ganas de disfrutar la vida por las buenas. Y su puesta en escena ayer fue un ritual pagano, entre aquelarre de brujas y corro de comadres al amor de la lumbre.
Habló más que cantar, pero hizo cantar al público, bailar, tirarse por los suelos, seguir la conga y formar un espectacular pogo jotero manchego que no se ve todos los días. En resumen, la peña, que acabó entregada, flipó con esta tía inteligente, brillante, amable y combativa, que viene de la falta de raíz urbanita a dar, entre jota y jota, hip hop y sudor de labradores, a la raíz misma de los pueblos y de cualquiera que se identifique en las canciones de las abuelas rehechas por sus nietas liberadas y orgullosas. Bewis también es de esta tierra.
La unión hace Ockami
O de Ockami. Antes, el grupo riojano de Katie Scrantom, rodado en muchos escenarios locales, tuvo su brillante puesta de largo en Actual. El proyecto de la cantante y autora norteamericana se basa en su voz elegante y sensual al mismo tiempo, pero es la fuerza del conjunto lo que completa un resultado magnífico: el bajo de Germán Ruiz-Alejos, la guitarra de Max Canalda y la batería de Jorge Garrido, todos ellos magistrales en su instrumento, conforman con la vocalista un cuarteto perfectamente ensamblado, con sonido y estilo propios, digno de ser escuchado con los cinco sentidos.
Las canciones de su primer disco homónimo tienen que ver con el momento, con olvidar el pasado y vivir el presente a través de cuerpo y la mente. O a través de su música, una música elegante y honda que llega a ambos abarcando un universo de atmósferas neo-soul, jazz y rock que comienzan suaves y terminan en instrumentales apoteosis. Desde la intro con el bajo frotado con arco, de la energía de 'The beat' a 'Wholy', de 'Nameles' a la calma de 'Slow down' o 'Honey', hasta al intenso tramo final con 'Teenage fantasy', 'Nanthala' y 'Moonlight', su concierto fue una armoniosa combinación de fuerzas, con algunos solos virtuosos, pero siempre intercalados en el espíritu colectivo de conjunto. La unión hace la magia de Ockami.
Músicos que hacen varias cosas llaman proyectos a sus distintas versiones o agrupaciones. Ockami ya no puede ser llamado así; después de Actual, Ockami es una hermosa realidad surgida de la suma de cuatro grandes artistas que supeditan todo al bien común. Un grupo precioso, prueba de que se hace en Logroño muy buena música.
Y Z de Zigarros. Prueba también de las grandes bandas de rock a nivel nacional, la valenciana de los hermanos Tormo es una de las que brilla con luz propia y cada vez con más intensidad. Anoche se convirtieron en roqueros de salón, desubicados en el Teatro Bretón con un público reticente a permanecer en la butaca. En 'Acantilados' el bueno de Leiva les ha dulcificado algo la nicotina, y aun así siguen formando parte de la resistencia del rocanrol.
Ayer en el Bretón se preguntaron con toda razón '¿Qué demonios hago yo aquí?' Pero es que este Actual vuelve loco a cualquiera, en el buen y el mal sentido de la expresión. Un festival que sigue sin resolver su sopa de letras, de la A a la Z.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión