El arte o la vida, retrato y fuga de Isidoro Valcárcel
Los riojanos Manuel Padín y Claudio Hontana dedican un documental al veterano y heterodoxo artista murciano, Premio Nacional 2007 y Premio Velázquez 2015
Un hombre de espaldas. Se ve que es un hombre mayor pero camina con agilidad. La cámara le sigue a pocos pasos. Abrigo tres cuartos y sombrero. Se mueve ligero, como si huyera de algo, por calles semivacías. Se adivina Madrid centro en su puesta al día. Un último camión de la basura apurando la recogida, el operario de la manguera baldeando esquinas. Palomas, runners, alguien en bicicleta de camino al trabajo... Pero el hombre no huye, al contrario, toma una silla y, ya de cara, se planta en plena plaza Mayor. Y entonces habla a cámara: «Esto es cosa de unos cuantos años, unas cuantas décadas. Entonces se estableció el eslogan: ¿Arte igual a vida? Absolutamente falso. Pero de inmediato tengo que decir: el arte bien ejercido es vida y la vida bien vivida es arte».
Como si encarnara sus propias palabras, Isidoro Valcárcel, nacido en Murcia en 1937 y residente en la capital desde la juventud, un artista inclasificable que ha andado siempre su propio camino, aunque haya sido en solitario, sirve de ejemplo sin pretender ser ejemplar. Es uno de esos heterodoxos españoles cuya historia solo se explica a través de sí mismo. Ahora, además, la cuenta un documental, 'El arte de la fuga. Conversaciones y paseos con Isidoro Valcárcel Medina'. Sus autores son dos jóvenes riojanos, Manuel Padín y Claudio Hontana, admiradores de su obra y ahora también de su persona.
«Hemos descubierto un Valcárcel divertido, una persona llana y muy trabajadora –dice Padín–. Un artista coherente con su obra. Alguien que entiende el arte como un oficio más, como un trabajo cualquiera». «Tiene un vitalismo casi infantil. Si hemos descubierto algo es a un artista permanentemente joven», añade Hontana.
Ellos tienen veintitrés y veinticuatro años y siempre han sentido interés por un autor, «uno de los más particulares», que ya supera los ochenta y cinco y que casi nadie conoce fuera del mundo artístico. Ambos le dedicaron sus respectivos trabajos fin de carrera: Hontana, aunque es músico y escritor, ha estudiado Historia del Arte; y Padín, Filosofía Política y Economía, si bien se ha decantado hacia la crítica de arte contemporáneo y escribe para la revista especializada EXIT.
Juntos proyectaron retratar al maestro en un documental. Premio Nacional de Artes Plásticas 2007 y Premio Velázquez 2015, Valcárcel «es uno de los artistas vivos más relevantes de la historia del arte español reciente». Este corto, señalan sus autores, «da voz al artista murciano, que persevera, aún hoy, en su práctica artística, prematura e indisciplinada».
La suya es «una voz que grita desde las sombras, desde la ternura y el compromiso, la bondad y la crítica. Una voz que obliga a repensar cuestiones fundamentales sobre el museo, la institución, la memoria y el archivo, pero también sobre la capacidad creativa del artista en la época contemporánea y el carácter participativo del arte».
'El arte de la fuga', rodado entre 2021 y 2022, fue incluido en el festival audiovisual DART, celebrado en otoño en Barcelona. Estos días, coincidiendo con la Semana del Arte de Madrid, hasta el 12 de marzo, puede verse en Filmin. Y esta misma madrugada el programa Metrópolis de La 2 de TVE emite una entrevista a sus autores (a las 00.50 horas).
Conceptual y minimalista, como el propio trabajo de Isidoro Valcárcel, la película prescinde de mostrar su obra para centrarse en el hombre libre y pensante, un artista permanentemente en fuga de corrientes y mercados.
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