Arnedo da el adiós al contador de su historia

Arnedo despidió ayer con solemnidad, cariño y respeto a una de las figuras indispensables para conocer cómo fue, para entender cómo es. Entre los mismos muros que le vieron vestirse de monaguillo, decenas de arnedanos y vecinos de localidades de diversos puntos de La Rioja llenaron en la tarde de ayer la iglesia de Santo Tomás para despedir a Felipe Abad León, sacerdote e historiador fundamental de nuestra tierra que falleció en la tarde de este lunes en Logroño a los 83 años.

Familiares y amigos, vecinos, representantes de asociaciones, cofradías, Ayuntamiento o Fundación Caja Rioja, historiadores, monjas o sacerdotes de toda La Rioja -entre ellos Luis Cuevas, que tantas décadas ofició en la ciudad- se reunieron para despedir al cronista oficial de La Rioja y miembro correspondiente de las Reales Academias de la Historia y Española de la Lengua. «Damos el agradecimiento y reconocimiento a un hombre de iglesia, a un hombre universal, ejemplar como sacerdote, como historiador, como hombre de todos», valoró Vicente Robredo en nombre del obispo de la Diócesis, Carlos Escribano antes de que fuera conducido al cementerio para ser enterrado en un panteón familiar. El luto por su fallecimiento se extendió por diversos ámbitos de la Comunidad, desde la Diócesis riojana a colectivos vinculados con la historia, pasando, por ejemplo, por el Club Taurino Arnedano, del que fue capellán desde su fundación en 1963.

Tras su muerte, Felipe Abad León deja un legado inmenso sobre el conocimiento histórico, religioso y de usos y costumbres de sus gentes de La Rioja. Más de cien títulos en libros individuales y colectivos, revistas y periódicos recorren su inquietud por investigar y compartir lo conocido. Estos y más de 15.000 volúmenes, revistas y periódicos de diversas épocas comprenden los fondos de la Fundación Cultural Arnedana Virgen de Vico, que creó en el 2001. Precisamente sobre el futuro de la Fundación y la búsqueda de una nueva sede conversó Abad León con el Ayuntamiento recientemente, como próximo futuro. Aunque es pronto para ello, el Ayuntamiento ha adquirido el compromiso de buscar ese lugar junto a los benefactores de la Fundación. «Era una persona buena, amante de su pueblo y constatador de nuestra historia -glosa el alcalde, Javier García-. Siempre recordaremos con cariño su figura y buscaremos la manera de que su legado sea compartido por todos y admirado».