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J. SAINZ
Viernes, 30 de junio 2017, 23:48
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Por si el arte sufre algún tipo de cardiopatía, hay que tomarle el pulso. La artista riojana Marta Fernández Calvo intervino ayer en la inauguración de la exposición colectiva 'A timidez da copa das árbores' en el MARCO (Museo de Arte Contemporáneo) de Vigo con '532 pulsacións', una 'performance' que reivindica precisamente «la emoción del arte» y «la capacidad de resistencia de quienes se dedican a la cultura». Todo corazón.
u'532 pulsacións', de Marta Fernández Calvo
uMARCO (Museo de Arte Contemporáneo de Vigo) exposición 'A timidez da copa das árbores', de varios autores
uComisaria Beatriz Alonso
La propia autora describe la preparación de esta pieza como un proceso de fusión entre artista y espacio: «El 16 de junio corrí durante dos horas en el museo vacío. Quería medir el espacio con el latido de mi corazón y convertir los centímetros en pulsaciones. Paré en varios puntos para tomarme el pulso. Cada medición corresponde a una distancia recorrida en el edificio».
Ayer, ella y otros cinco 'performers', representaron esas pulsaciones: «Los performers podrían moverse por todo el espacio siempre que se tomaran el pulso en el mismo punto que yo lo había hecho días atrás. Así sus pulsaciones se sincronizarían con las mías dando lugar a una especie de alineamiento mágico en el que la arquitectura, los visitantes y yo coincidimos en una misma intensidad».
«'532 pulsacións' -explicaba desde Vigo horas antes de inaugurar- es una reflexión sobre lo que significa ser artista hoy en día en este país. Esta pieza refleja un posicionamiento de quienes nos dedicamos a la cultura: la resistencia y la emoción, que son conceptos que se materializan físicamente en el ritmo cardiaco».
Marta Fernández Calvo (Logroño, 1978), lleva más de quince años dedicada a explorar con formas de arte inmaterial. De la mano de Félix Reyes, hace diez años participó en Santa Lucía de Ocón en la primera edición de 'Arte en la tierra' exclusivamente femenina con una instalación inspirada en la niebla de los Dolomitas. En 2010 intervino en una colectiva en la Tate Modern (el Museo Nacional Británico de Arte Moderno), donde presentó una performance como reflexión-reacción sobre el espacio expositivo. Y este mismo año, en Logroño, dirigió la única propuesta artística inusual del festival Actual, 'Concierto menú', en la que varios artistas interpretaban música y canciones inspiradas en sonidos de la cocina.
«Me interesa la forma en la que me proponen un proyecto, las palabras con las que me cuentan un espacio, la velocidad a la que lo recorremos, lo que sucede cuando no estamos en él. Normalmente, es en ese estado inicial de enunciación y encuentro en el que aparecen las claves de lo que, en cada pieza, resuelvo de forma específica».
Artista conceptual y siempre sorprendente, Marta Fernández Calvo es sobre todo artista de corazón. A quinientas pulsaciones.
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