Ondas de choque de baja intensidad para la disfunción eréctil

Desde la aparición del sildenafilo (el famoso Viagra) ha habido una revolución en el tratamiento de la enfermedad, consiguiendo que muchos varones recuperen las erecciones.

Pero estos medicamentos no están exentos de efectos secundarios, ni todos los varones que los necesitan los puede tomar. Un grupo muy importante de pacientes afectos de impotencia son los que padecen de enfermedades isquémicas cardiacas, estos pacientes en muchos casos no pueden usar vasodilatadores peneanos por interferir con la medicación que su enfermedad cardiaca les exige tomar. Los tratamientos tipo 'Viagra y derivados' causan efectos secundarios que en muchos casos hacen que el varón no tolere el uso de estos medicamentos. El más frecuente es la cefalea acompañada de sensación de calor en las mejillas, que es consecuencia de la vasodilatación arterial que causan estas pastillas para desencadenar una erección.

Por otro lado, siempre ha sido motivo de descontento la falta de espontaneidad en la relación sexual que el uso de pastillas lleva consigo. El uso de Viagra o derivados exige programar la relación sexual y ello hace que pierda gran parte de su atractivo.

Los pacientes afectos de disfunción eréctil tienen en el momento actual una nueva posibilidad de tratamiento mediante las ondas de choque de baja intensidad. Este tratamiento consigue que se regeneren las células endoteliales que rellenan el interior del pene y que es la causa más frecuente de impotencia. Los varones con hipertensión arterial, colesterol elevado, diabetes, enfermedades cardiacas, enfermedades vasculares tienen dañado el endotelio vascular del pene y van a ser los candidatos a tratamiento con ondas de choque.

La aplicación de ondas de choque en el ser humano con fines terapéuticos se viene utilizando desde el comienzo de la década de los 80, en muy diversas enfermedades. Las ondas de choque son ondas mecánicas, como las que componen el sonido audible, pero de mayor amplitud y que viajan a gran velocidad. En la primera década de nuestro siglo se comprobó que este tipo de ondas renovaban las células que componen lo que se conoce como endotelio vascular, que no es otra cosa que el recubrimiento interno del sistema vascular de nuestro organismo. Dado que el pene está completamente relleno de este tipo de células, era lógico intentar utilizar estas ondas de choque como tratamiento en la disfunción eréctil de origen vascular, situación en la que se encuentra dañado en endotelio vascular del interior de los cuerpos cavernosos del pene. Tras una serie de estudios preliminares, en el año 2013 las ondas de choque aparecen como tratamiento aceptado en la disfunción eréctil. Y por fin en el año 2015 el tratamiento con ondas de choque para la disfunción eréctil es una indicación de primera línea en la guía terapéutica de asociación europea de urología.

Es un tratamiento que se realiza de modo ambulatorio, no precisando ningún tipo de anestesia pues son indoloras, se aplican en la consulta y no necesitan de preparación especial de ningún tipo. Las ondas de choque se generan en un aplicador específico que emite una serie de ondas enfocadas en un área que abarca una profundidad adecuada al área del pene a tratar, siendo más superficial en el cuerpo del pene y más profundo en el periné, que es el área por la que entra la sangre en el interior de los cuerpos cavernosos. El emisor se coloca en el cuerpo y la base del pene, dirigiendo las ondas al tejido eréctil, sobre el que realizan su efecto regenerativo. La pauta son cinco sesiones semanales de aproximadamente 20 minutos. Los resultados aparecen entre uno y tres meses después de haber finalizado el tratamiento.

No todos los pacientes afectos de impotencia se pueden tratar con ondas de choque. Aquellas impotencias causadas por intervenciones quirúrgicas, ya sea sobre la próstata o sobre el intestino, no responden a las ondas de choque. Asimismo, los pacientes que tengan alteraciones de la coagulación de la sangre, no son candidatos a este tratamiento. Tampoco se deben de tratar con esta técnica las impotencias de origen hormonal por déficit de andrógenos.

Con este tratamiento por ondas de choque de baja intensidad conseguiremos que la mayoría de los pacientes que usen pastillas para alcanzar una erección no las necesiten utilizar. Y que muchos pacientes que no consigan alcanzar ninguna erección a pesar de usar medicación tipo Viagra, después de completado el tratamiento puedan alcanzar erecciones con ayuda de medicación. Cuánto tiempo se mantienen los resultados es otra de las dudas que preguntan los pacientes. En general está en torno a los dos años, siendo variable. En los casos en los que empiece a disminuir la eficacia se pueden aplicar dosis de recuerdo, puesto que es un tratamiento inocuo, sin efectos secundarios.

Las pegas más frecuentes que los pacientes afectos de disfunción eréctil encuentran en los tratamientos convencionales son por un lado la falta de espontaneidad, pues los medicamentos orales obligan a tener que planificar la relación sexual. Por otro lado, los efectos secundarios de las pastillas tomadas vía oral también son motivo de queja, siendo las mas frecuentes: cefaleas, sensación de calor en las mejillas, molestias gástricas, situaciones que no son del agrado de ninguna persona. Todos estos inconvenientes desaparecen con el uso del tratamiento con ondas de choque.