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Diego Marín A.
Lunes, 12 de enero 2015, 21:59
En España el atletismo es una dedicación efímera y pocos pueden concebirla como una profesión. En Kenia y Etiopía el fondo es una de las mejores oportunidades para salir de la pobreza. Y este deporte también está facilitando que las mujeres mejoren sus condiciones de vida, que comience a nacer la igualdad. La clave es el éxito de las corredoras, que ganan títulos, obtienen sus propios ingresos y, compitiendo y viajando, conocen otros países y culturas donde las mujeres disfrutan de una existencia mucho más cómoda que en la mayoría de los países de África.
Dar a conocer este proceso de cambio en unas sociales tan tradicionales y machistas y retratar la vida y los entrenamientos de los atletas africanos ha sido el objetivo de los logroñeses Javier Triana y Rubén San Bruno con su película documental '01:05:12. Una carrera de fondo', que se estrena y proyecta este martes en la Filmoteca Rafael Azcona de Logroño a partir de las 20.00 horas.
El reclamo es una pregunta: «¿Pueden unas piernas cambiar el mundo? Las victorias de cientos de atletas kenianas y etíopes están transformando, a golpe de zancada, el panorama socioeconómico de dos países de arraigada tradición machista. Hombres que cocinan y mujeres que llevan a casa el sustento son los nuevos roles de este maratón hacia la igualdad».
El proyecto fue becado por el Centro de Periodismo Europeo y la Fundación Bill y Melinda Gates y cuenta con la participación de atletas de la talla de Haile Gebreselassie, Derartu Tulu (primera africana negra en ganar un oro olímpico) y Florence Kiplagat (récord mundial de media maratón). El resultado son 51 minutos hechos mano a mano por Triana y San Bruno, los dos de 31 años, el primero periodista y autor del reciente libro '¡Goool en Las Gaunas!' (2014) y el segundo cámara de televisión y director del documental 'El cuaderno de Ravi' (2007).
Ellas son las protagonistas
Estos dos amigos riojanos viajaron a África en febrero del 2014 para desarrollar allí diecisiete días de rodaje diario, de sol a sol, aprovechando los contactos de Triana en Kenia, donde ejerció de corresponsal de la Agencia EFE. Las fechas fueron elegidas porque «la temporada de grandes maratones empieza en marzo y entonces están ultimando los preparativos», explica Javier Triana. El equipo de rodaje fueron ellos dos, cargando con todo el material, y el fotógrafo Takeshi Kuno, además de un traductor local. Visto así, parece una auténtica aventura. «Hay cosas que pasan por casualidad pero muchos entrenadores nos ayudaron bastante», apunta Triana, y San Bruno añade: «Muchas de las cosas que surgen de la nada son las que dan más valor al documental».
Sobre lo que pretende reflejar la película sus autores coinciden en valorar que el proceso de cambio «está empezando a suceder, la sociedad no es igualitaria en España y no podemos pensar que allí lo sea». Gebreselassie, convertido ahora en empresario, cuenta con un 55% de mujeres empleadas y «confiesa que sus negocios funcionan bien gracias a ellas». Triana y San Bruno señalan que «ellas son las protagonistas».
Una es Derartu Tulu, oro en los 10.000 metros de Barcelona y Sydney, que «a su regreso fue tratada como heroína nacional». «Nos sorprendió que todos fueran tan amables con nosotros, unos desconocidos, cuando realmente son gente muy reconocida en su país», confiesa San Bruno. «En Kenia y Etiopía el atletismo es casi circunstancial, una forma rápida de ganar dinero», declara Triana, «genética y geográficamente están muy bien preparados para el fondo».
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