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En cada edad el pie es más propenso a desarrollar alguna de las enfermedades dermatológicas.
Enfermedades dermatológicas en los pies
SALUD / EL ESPECIALISTA

Enfermedades dermatológicas en los pies

Verrugas, úlceras, eczemas e hiperdrosis son sólo algunas de las patologías más frecuentes

MIGUEL AIZPÚN

Martes, 16 de septiembre 2014, 00:19

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Son frecuentes las patologías cutáneas localizadas en los pies. En este artículo vamos a comentar las que con mayor frecuencia vemos los dermatólogos en nuestras clínicas a diario.

Hiperhidrosis. El exceso de sudoración en los pies es un trastorno frecuente, que se ve exagerado por el uso de calzado oclusivo, de goma o de plástico, durante periodos prolongados. El tratamiento de la hiperhidrosis no suele ser tan satisfactorio como se desearía, y a veces sólo se logra una supresión temporal de ese exceso de sudor. De forma tópica, sobre todo en los pies, se usan preparados a base de glutaraldehido, también se usan los fármacos anticolinérgicos, toxina botulínica o aparatos de iontoforesis.

Verrugas plantares. Sobre todo en verano. También llamadas papilomas, es posiblemente el motivo de consulta dermatológica más frecuente en la patología del pie. El tratamiento se puede realizar por el paciente con tratamientos tópicos a base ácido salicílico, etcétera, siguiendo la pauta prescrita por el especialista. También se usa la aplicación de cantaridina. Esta medicación debe ser aplicada y controlada en la consulta por el dermatólogo o podólogo. Los dermatólogos usamos con buenos resultados la aplicación de crioterapia en nuestras consultas.

Úlceras del pie. Las úlceras del pie son una parte importante de la patología del mismo. Las causas más frecuentes de úlceras en el pie son traumáticas, infecciosas o vasculares.

Es importante acudir al médico de familia para su diagnóstico y tratamiento. Si procede, él derivará al paciente al especialista adecuado en cada caso.

Pie diabético. Se conoce como pie diabético a un conjunto de procesos causados por la diabetes mellitus en una localización anatómica especialmente sensible: el pie. El cuidado del pie es uno de los pilares del tratamiento de la diabetes mellitus, puesto que las alteraciones del pie diabético son una causa importante de disminución de la calidad de vida en los pacientes.

Lesiones del pie de causa física. Las callosidades y los clavos del pie son lesiones producidas por cambios dinámicos de la función del pie, que crean una presión continua sobre la zona donde se produce progresivamente la callosidad.

Su presencia ha de alertar sobre posibles malformaciones o malposiciones. Por ejemplo, los dedos de martillo, por superposición de estos o por la utilización continuada de un calzado inadecuado (puntiagudo, estrecho o de tacón alto).

Así, tanto los callos como las callosidades de los pies son el resultado de malas posiciones, hábitos incorrectos al caminar o zapatos inapropiados.

A veces, y es importante conocerlo, puede coexistir una verruga debajo de la callosidad, y para su diagnóstico es importante hacer un raspado de la callosidad.

Eczemas. En los pies son frecuentes las dermatitis, bien por causa irritativa o por causa alérgica, se produce por sensibilización previa a alguna sustancia en contacto con la piel. El pie está expuesto a diversos alérgenos, fundamentalmente del calzado, siendo las causas más frecuentes el dicromato potásico y los alérgenos de la goma. Otras causas de dermatitis de contacto son los tratamientos usados para problemas cutáneos de los pies, sobre todo antimicóticos, antisépticos y antitranspirantes.

Dermatitis plantar juvenil. Muchos niños y adolescentes, generalmente de tendencia atópica, tienden a manifestar lesiones descamativas, secas y figurativas en la planta y los dedos de los pies, generalmente desencadenadas por el calor y la hiperhidrosis. El uso de calzado deportivo, poco favorecedor de la transpiración, así como los calcetines de fibra artificial, son una causa muy frecuente.

En estas patologías es muy importante la prevención: una buena higiene diaria de los pies, con un secado cuidadoso sobre todo en los espacios entre los dedos y que los pies estén bien secos antes de calzarse; cortar las uñas de forma recta y no dejarlas crecer en exceso; usar calcetines de hilo o algodón; utilizar un calzado cómodo, flexible y transpirable; usar chanclas en las piscinas, los gimnasios, etcétera; y también mantener los pies hidratados.

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