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ORANGE AUTÓNOMOS

El cielo fiscal de los autónomos dura solo tres años

Los autónomos empiezan con unos impuestos muy bajos pero, como suben enseguida, los tres años que dura el ‘paraíso’ se convierten en una cuenta atrás.

G. Toca

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Los profesionales veteranos por cuenta propia siempre aconsejan lo mismo a los que dan sus primeros pasos en el sector: cuidado con la tarifa plana, que se acaba pronto. Se refieren, principalmente, a la bonificación del 80% de la tasa mensual mínima durante los 12 primeros meses de actividad. No parece difícil ganar lo suficiente para pagar 60 euros al mes, aunque es cierto que deberán descontar también el IVA y el IRPF.

Un autónomo prudente no ve esto solo como una oportunidad, sino también como una contrarreloj en la que deberá incrementar sus ingresos mucho más rápido de lo que suba la cuota mensual. Además, tendrá en cuenta que los impuestos no se pagan con clientes esporádicos o con esos típicos encargos de amigos y familiares que ayudan a arrancar. Harán falta ingresos recurrentes, clientes fieles y una reputación de excelencia en el sector… y se esforzará como nunca para conseguirlos. Por eso, Orange celebra la forma en la que se enfrentan a desafíos en su iniciativa Nacidos para ser autónomos, con la que quiere solidarizarse y rendir un pequeño homenaje al espíritu especial que tiene este colectivo.

“Muy al principio, es normal pagar por trabajar”

“Solo un año y medio para conseguir clientes recurrentes”.

Durante los primeros doce meses, la cuota asciende a 60 euros, pero luego, desde el mes 13 al 18, se dispara hasta superar los 140 euros, y justo después, vuelve a inflarse hasta casi acariciar los 200 euros. Ésta será la primera baliza que tendrá que superar el profesional por cuenta propia. ¿Parecen poco 200 euros? No lo son en absoluto. El motivo es que siempre los tendrá que sumar a los gastos de fundar un negocio, que, al principio, saldrán casi siempre de sus pequeños ahorros.  

Si la mayoría de las empresas nace con recursos suficientes para aguantar dos o tres ejercicios en números rojos, el autónomo no suele contar con tanto margen. Asume que, muy al principio, quizás tenga que pagar por trabajar (las pérdidas y la inversión superarán los beneficios), pero eso tiene que acabarse lo antes posible. Hacerlo antes de que los 60 euros de cuota escalen hasta los 140  o 200 euros se impone como una necesidad urgente. Esto significa que tiene a lo sumo un año y medio para  para construir su primera red de clientes recurrentes y satisfechos. 

Esos primeros meses son ilusionantes y también definitorios. El profesional por cuenta propia se está buscando así mismo. Empezó con una idea de lo que quería ofrecer y cómo quería ofrecerlo, y va a tener que adaptarse a la realidad de la demanda. Deberá hacerlo con determinación y valentía. Los precios que esperaba no serán los mismos, el tiempo con el que preveía contar para realizar los trabajos, tampoco. Ni siquiera el perfil de cliente va encajar como un guante en lo que se había imaginado en su plan de negocio. ¿Y qué hay de la desagradable sorpresa de cobrar con retraso las facturas mientras paga religiosamente sus impuestos?

Merece la pena marcarse en rojo un umbral en la agenda: no se pueden pagar más de 200 euros de cuota mensual sin pararse a pensar. Esto ocurrirá, normalmente, antes de que el negocio cumpla dos años. Entonces, habrá que abrir un pequeño hueco para reflexionar con calma si el negocio tiene sentido, si se siente con fuerzas para ampliarlo sustancialmente en los próximos años y si el autónomo, en definitiva, es feliz haciendo lo que hace. Han pasado 24 meses desde que se lanzó al gran ruedo de una forma de trabajar que no conocía con una propuesta que no sabía si iba a resultar. Ahora, con todo lo que ha aprendido,  ha llegado el momento, una vez más, de tomar una decisión fundamental y valiente. 

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Orange. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.