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Grandes, en el obrador de 'Viuda de Manuel Redondo'. :: l.r.
Las raíces cameranas de Almudena Grandes

Las raíces cameranas de Almudena Grandes

La escritora madrileña visita Soto, el pueblo natal de su bisabuelo, durante su reciente estancia en La Rioja

P. HIDALGO

Sábado, 16 de diciembre 2017

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La mujer que protagoniza 'Inés y la alegría', la novela que la escritora madrileña Almudena Grandes publicó en el 2010, se dirigía montada a caballo y con cinco kilos de rosquillas para unirse a los 4.000 guerrilleros antifranquistas que en octubre de 1944 atravesaron los Pirineos para invadir el valle de Arán, en Lérida.

En realidad, el personaje de Inés no elaboraba unas rosquillas cualquiera sino 'orejas de Soto', que es como las tías abuelas de Grandes denominaban al postre.

La autora recaló el pasado martes en Logroño para presentar 'Los pacientes del doctor García', la cuarta entrega de sus 'Episodios de una Guerra Interminable' de los que 'Inés y la alegría' constituye el primer tomo.

Grandes aprovechó su estancia en La Rioja para visitar anteayer la localidad de Soto en Cameros, donde nació y se crió su bisabuelo Moisés Grandes. Se da la circunstancia de que Grandes es un apellido con raigambre en este municipio.

Primera vez

La escritora madrileña pisó Soto por primera vez, el pueblo del que su antepasado se marchó en los albores del siglo XX porque el padre de éste no quería que se casara con una chica de Salvatierra (Álava). El progenitor prefería a una camerana para su vástago.

«Entonces, mi bisabuelo, que desde jovencito tenía mucho carácter, cogió una mula y se vino a Madrid andando», le confió la narradora a la presidenta de la Asociación ARCES, Conchi Redondo, que le escribió hace unos años una carta interesándose por si su apellido Grandes pudiera proceder de Soto en Cameros, como es el caso.

La escritora le contó también que su bisabuelo nunca regresó a su pueblo y que de los Cameros su familia no conserva más que dos recetas: una de pimientos rellenos de carne y otra de rosquillas, que sus tías abuelas llamaban 'orejas de Soto'. La autora aún tiene la receta de este postre escrita a mano por Charo, la hija de Moisés que alcanzó los 93 años.

Aunque no fue este dulce lo que se llevó de su primera visita a la localidad de sus antepasados. Además de recorrer Soto, Grandes se acercó a la fábrica artesanal de mazapanes de Soto 'Viuda de Manuel Redondo'. Conoció el obrador y se llevó algunos de estos dulces para las próximas navidades.

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