El humor también lucha contra la despoblación
La Mancomunidad de Servicios Sociales promueve talleres para que los mayores socialicen y así combatir la soledad no deseada
Pilar Cristóbal, vecina de la aldea Vadillos de San Román de Cameros, se inscribió al taller de 'Humor saludable' que la Mancomunidad de Servicios Sociales del Camero Viejo ofreció en Laguna porque allí cuida de un hombre mayor que se ha quedado viudo y decidió acudir con él, para que se relacionara. «El hombre estaba encantado, se rio un montón. Para las personas mayores esto es una idea maravillosa», advierte Pilar Cristóbal. Y tanto le gustó a ella la experiencia que se apuntó al siguiente taller impartido en Jalón. «Es que es una maravilla, me lo he pasado de cine. La pena es que no vaya más gente, no sé si por vergüenza, pero es que estas cosas hacen falta porque tristezas tenemos muchas. Debería haber más», opina Pilar Cristóbal.
No son los únicos talleres que se imparten en el Camero Viejo, también ha habido yoga, ganchillo terapéutico, multideporte, ejercicios saludables... «Desde los Servicios Sociales trabajamos varios ámbitos para promover el envejecimiento activo, evitar la soledad no deseada y la dependencia, sobre todo en los meses más fríos, cuando menos actividad hay en los pueblos, para que la gente mayor pueda salir y relacionarse», explica Vega Nieto, trabajadora social de la Mancomunidad de Servicios Sociales del Camero Viejo.
En toda esa zona del valle del Leza se calcula que hay censadas medio millar de personas, aunque la mayoría de los que residen son personas envejecidas, por eso el tipo de talleres y cursos que se imparten están dirigidos a mayores de 65 años. El de 'Humor saludable', quizá el más singular de todos, lo dirigió Raquel Gonzalo, payasa del dúo de 'clown' Violeta y Péndula que ha actuado artísticamente ya en Laguna y San Román de Cameros. «La chica es una bomba, se ríe de sí misma y así te empiezas riendo tú. Hace falta reírnos más, así estás dos horas disfrutando porque suficientes desgracias tenemos todos ya. Lástima que no haya más, pero, como siempre, falta dinero para hacer más cosas», valora Pilar Cristóbal.
«No sé si es que los mayores no son muy partidarios de exponerse pero los primeros días hubo veces que fueron cuatro personas», dice Nieto
«Las actividades que ofrecemos las consensuamos a principios de año. En este hemos innovado un poco con la risoterapia porque vi actuar a Violeta y Péndula el 25 de noviembre, con motivo del Día contra la Violencia de Género, y fue un flechazo, me enamoré de su trabajo y las hemos contratado para cuatro municipios», recuerda Vega Nieto. Los talleres se han sucedido desde Laguna y Jalón a San Román y Soto en Cameros. Siempre se ha procurado que los días y horas hayan coincidido con los trayectos de autobús, de manera que puedan acudir personas de otros pueblos. «No es solo la risoterapia, de esta manera promueves que la gente salga de casa y, después del taller, que se queden tomando un café con los compañeros, que sociabilicen, porque, de otra manera, quizá no saldrían ni de casa», señala la trabajadora social camerana.
Todo, planteado así, parece precioso y fácil, pero costó. Mucho. «No sé si es que los mayores no son muy partidarios de exponerse pero los primeros días hubo veces que fueron cuatro personas, pero es que luego volvían hasta con sus nietos y ha acabado siendo todo un éxito, una actividad intergeneracional», valora Vega Nieto. Así que a los talleres de 'Humo saludable' han acabado asistiendo desde niños hasta personas de 94 años.
«Me lo he pasado de cine. La pena es que no vaya más gente, no sé si por vergüenza, pero estas cosas hacen falta», cree Cristóbal
«Me gusta, sobre todo, porque es una forma que tienen de sociabilizar, tienen este taller y no se les olvida. Algunas mujeres hasta se arreglan y maquillan para asistir», subraya Vega Nieto, que ha convertido las actividades de Servicios Sociales en un acontecimiento, lo ordinario en extraordinario. Un efecto parecido es el que se logra con el ganchillo terapéutico, en el que no solo las personas, sobre todo mujeres, se unen para tejer juntas, también combate la soledad, la depresión, la pérdida de memoria y de las habilidades manuales. Y es que realizar este tipo de ejercicios que nos agradan libera dopamina, que es un antidepresivo natural de nuestro cerebro, al margen de ayudar a desconectar de nuestra vida diaria, concentrarnos en otra tarea completamente distinta y desembocar en un resultado positivo, como puede ser una mantilla de ganchillo artesanal.
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