La historia detrás de los calados

El Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja (COAR) organizó, del 21 al 23 de noviembre, la V Jornada de los barrios de bodegas de La Rioja, que incluyó el sábado visitas a calados de Aguilar del Río Alhama y Villarroya. Acudió un autobús con 55 personas desde Logroño y otras fueron en coche o se unieron en cada pueblo.

La alcaldesa aguilareña, María Asunción Sáez, explicó la importancia de estudiar y tener documentadas las bodegas para evitar problemas, como ocurrió cuando se hizo una obra en una calle y apareció un calado.

El coordinador de esta iniciativa, Guillermo Arce Cantabrana, explicó que la jornada abordó la séptima fase de los trabajos realizados en los barrios de bodegas riojanos, un análisis que comenzó en el año 2016, gracias a un convenio entre la Consejería de Cultura y el COAR. En esta fase, que data de 2023, los pueblos estudiados fueron Aguilar del Río Alhama, Albelda de Iregua, Baños de Rioja, Cihuri, Ventosa y Villarroya.

De los 174 municipios de la región, más de la mitad cuentan por lo menos con un barrio de bodegas y se han estudiado 47 pueblos (incluidos los de 2024 que son Ausejo, Badarán, Cárdenas, Clavijo, Cornago con Valdeperillo y Muro de Aguas). Las investigaciones abordan asuntos como la identidad cultural (folclore, tradición, riqueza y etnografía, entre otros aspectos). También trata la importancia por parte de propietarios, administraciones y técnicos, de mantener y resaltar este patrimonio bioclimático, que aprovecha las condiciones medioambientales.

En ese sentido, los calados, las bodegas y los barrios en los que se ubican son lugares con las condiciones perfectas de temperatura y humedad para la crianza y conservación del vino.

En muchos casos están en desuso, pero en buenas condiciones y en otros han desaparecido. Hay quienes las conservan como merenderos, almacenes y garajes. La mayoría ha perdido su función vitivinícola, centrada en gran parte en el autoconsumo en sus inicios. En los últimos años también se han recuperado para el turismo en ciertas poblaciones.

En Aguilar, el sábado se pudo ver y disfrutar de una impresionante bodega de la familia Sevillano que, en origen, fue de los antepasados del exministro Jaime Mayor Oreja. Está muy bien conservada y cuenta con elementos etnográficos que enseñaron sus anfitriones, Maite, Toño y Javi. Después de almorzar, el autobús se dirigió a Villarroya, donde Ana Pérez Velilla (Bodegas Villarroya) mostró su calado y ofreció un tentempié.

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