Borrar
Los jardines de La Vega han enmarcado la feria, que ha estado muy concurrida.

Ver fotos

Los jardines de La Vega han enmarcado la feria, que ha estado muy concurrida. Javier Albo

Haro pasea entre los recuerdos

La VIII Feria de antigüedades reúne en los jardines de la Vega a una veintena de puestos y más curiosos que compradores

Javier Albo

Santo Domingo

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 13 de octubre 2019, 16:34

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En el tiempo pasado es donde uno encuentra sus recuerdos, muchas veces orillados en rincones sin uso de la memoria a los que es preciso darles un pequeño empujón para que se hagan de nuevo presente, aunque solo sea en la cabeza de cada cual. La frase «ya me acuerdo yo de esto» se ha pronuniado en varias ocasiones en la VIII Feria de antigüedades 'Ciudad de Haro', que, un año más, ha llenado los jardines de La Vega de objetos de un tiempo más o menos pretérito y, también, de muchos curiosos, más que compradores. Así es siempre. La simple visión de muchos de los objetos expuestos ha servido para abrir compuertas cerradas en el recuerdo y viajar de nuevo en el tiempo. «Un molinillo parecido a ese lo tuvimos en casa; así hicimos café durante muchos años», explicaba a una mujer a otra, que asentía. «También yo lo tuve», ha respondido ésta.

Miles de objetos, propiedad de una veintena de anticuarios venidos de Aragón, Cantabria, País Vasco, Castilla y León, Navarra y por supuesto La Rioja, han tentado al visitante. Libros, monedas, mobiliario, armas, vajillas, elementos decorativos de todo tipo, armas, herramientas, cámaras fotográficas... Mucho objeto de coleccionismo, cuyo bajo precio, unido a los recuerdos y a la nostalgia, hace que sea más fácil echar mano a la cartera: Playmobils, Madelman, Geyperman, álbumes, muñecas... También se han visto, tal y como había pedido a sus socios la Asociación de Anticuarios de La Rioja y Norte de España (Arnes), numerosos objetos relacionados con las labores vitivinícolas. Unos y otros han servido a muchos jarreros para pasar la mañana, de puesto en puesto, y, a otros, para darse el capricho de llevarse a su casa un trozo del ayer.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios