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EN CLAVE DE MURGA

ÓSCAR SAN JUAN - CRÍTICA DE TEATRO

Viernes, 14 de diciembre 2018, 23:39

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Una vez más, el teatro Bretón de los Herreros de Haro alzó el telón para, de la mano de la Fundición Teatro de Sevilla, dejarnos disfrutar de una comedia histórica musical que nos acercó a la realidad andaluza del novecientos y cuya trama gira en torno a la figura del aristócrata marqués de Pickamn, cuya muerte escandalizó a la sociedad española de la época. La obra, de Pedro Álvarez-Ossorio, Miguel Martorell y Pepa Sarsa, está basada en la obra escrita por Miguel Martorell con el título 'Duelo a muerte en Sevilla', cuyo cuidado relato muestra un fino análisis político muy crítico sobre el choque de poderes que se vivía en la época.

Aunque la víctima de este enredo en clave de murga, que coquetea con la zarzuela, sea el marqués de Pickman, el trasfondo de la obra muestra el verdadero duelo que provocó la muerte del marqués, y no es otro que el duelo por el poder. Los autores muestran con crudeza una lucha sin cuartel entre el poder civil, el poder militar y el poder eclesiástico.

Si tengo que elegir un adjetivo para describir la obra sería elegancia. A medio camino entre la zarzuela y la opereta aderezada con toques de chirigota, el director ha conseguido dar vida a unos personajes que logran remover conciencias pero, a la vez, permiten al público evadirse y sonreír por lo cómico de las situaciones más trágicas.

Esta vis cómica no es fácil integrarla con tanto talento, y sabiamente el director se ayuda del vestuario para lograrlo. Es tal la capacidad del director para dar giros entre escenas, que el espectador se siente sumergido por completo en la trama, que a veces roza el esperpento y en la que cada detalle, como el juego de luces y humo, hace que el espectador quede hipnotizado.

Los actores destacan por su capacidad interpretativa, pero también por su facilidad de bailar entre registros vocales y personajes diferentes demostrando su gran profesionalidad.

Todo esto se consigue sin elementos decorativos, lo que hace que el mérito de los actores sea aun mayor, ya que sin apenas escenografía su buen hacer nos traslada a esa Sevilla que todavía hoy se escandaliza por lo injusta de la muerte del aristócrata.

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