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La gran remontada de Valdezcaray
La estación de esquí registra su segundo mejor diciembre de la última década con 39.000 visitantes
Sale el sol en Valdezcaray. Después de dos temporadas cerrada (2019 por falta de nieve y 2020 por el COVID), por fin, la estación de ... esquí riojana puede presumir de buena estrella. La instalación deportiva ha contabilizado 39.000 visitantes en un mes, firmando el segundo mejor registro desde el 2013 (año en el que alcanzó los 40.000). Los deportistas han podido disfrutar de la nívea estampa invernal que cualquier aficionado desea, y su brillo se ha extendido, lógicamente, al pueblo de Ezcaray y a sus aldeas. Hay satisfacción entre hosteleros, hoteles y casas rurales; los negocios que acompañan a Valdezcaray están exultantes y es que si a la estación le va bien, al resto de sectores también. Menchu Pageo, propietaria de la tienda de deportes Avalancha, aporta su gráfica visión: «La apertura de Valdezcaray es como poner un camión de helados a las puertas de un colegio».
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Cumplido un mes de la apertura de las pistas de esquí, el balance inicial es muy satisfactorio, con 39.000 visitantes. Hay que remontarse hasta el año 2013 para encontrar una cifra de visitantes más abultada, con 40.000 forfaits vendidos aquel diciembre, el único año de la década que también pudo abrir para el puente de diciembre.
Para olvidar fueron los ejercicios 2011, 2015, 2016 y 2018, cuando apenas 5.000 personas recalaron en la estación riojana. Y, a medio camino, quedan 2010, 2012, 2014 y 2017, con cifras que rondan los 25.000 forfaits.
La temporada actual arrancó el 3 de diciembre, como es habitual, con la jornada de puertas abiertas que dio paso al día siguiente a la apertura oficial. Y fue un arranque por todo lo alto. Había nieve en abundancia y desbordadas ganas. La estación riojana se vio colapsada por tanto éxito, como recuerdan algunos de los visitantes en aquellas jornadas.
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«Durante aquel fin de semana de apertura se dio la 'tormenta perfecta' –afirma el gerente de la estación, Jorge Lladó–. Valdezcaray fue una de las estaciones con más nieve del norte y salimos mucho en televisión a causa de las importantes nevadas. Además era un puente, después de dos años sin poder esquiar. Los días 4 y 5 tuvimos una alta afluencia de visitantes, pero no fue ninguna barbaridad. Sin embargo , el día 6 se juntaron ya más factores: salió el sol, cerraron estaciones como Cerler y Alto Campoo, y todo el mundo vino a Valdezcaray a la vez».
En total, el gerente calcula que más de 6.000 esquiadores quisieron acceder a las pistas riojanas. «Pero Valdezcaray no puede asumir más de 4.500 con el nuevo protocolo COVID». Y es que su aforo permite completar las plazas de aparcamiento disponibles, que son 1.500, en vehículos con una ocupación media de tres personas.
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En la carretera no está permitido aparcar. «Los protocolos son más estrictos y debemos anteponer la seguridad, por lo que la Guardia Civil, en cuanto se llena el aparcamiento, cierra la carretera», explica Lladó.
El éxito de Valdezcaray se proyecta en su entorno. Los hosteleros reconocen un verano y otoño con unos datos sobresalientes, que se convirtieron en extraordinarios en el puente de diciembre.
Y es que desde la aparición de la pandemia, el sector turístico del valle sufrió el peor momento –a pesar de crisis como la del 2010, el confinamiento general, etc.– en enero de 2021, cuando se volvieron a cerrar las fronteras. «De todas las crisis pasadas, el momento en el que más vacío he visto el pueblo fue desde enero hasta mayo. Cuando se recuperó la actividad, todos los fines de semana han sido puente», señalan los hosteleros consultados. Pero no hay que olvidar que a la estación hay que sumar el atractivo patrimonio cultural, natural y especialmente gastronómico que hacen de esta zona un espacio de 'oro'.
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Menchu Pageo, propietaria de la tienda de deportes Avalancha, ubicada en la plaza de los condes de Torremúzquiz, ejemplifica su experiencia: «Cuando la estación está abierta, hay más gente. Es la estación de España que más núcleos de población tiene en 100 kilómetros a la redonda y la buena marcha de Valdezcaray beneficia a todos».
También Sergio Valgañón, del Bar Roypa, reconocía que las cifras de este invierno estaban sido muy buenas. «El puente de apertura de la estación trabajamos como en ningún año, que yo recuerde. Algo increíble». Además, destacaba que a los buenos datos de los fines de semana de diciembre, se ha unido «un goteo constante de clientes también entre semana, la mayoría esquiadores». Valgañón contaba también que desde que anunció que abría Valdezcaray, sus alojamientos están a tope: «He tenido todas las Navidades completas y ya están reservados todos los fines de semana de enero y gran parte de febrero».
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La meteorología, clave para el desarrollo de la comarca riojalteña
A pesar del extraordinario inicio de la temporada, la nieve ha ido desapareciendo poco a poco por la falta de precipitaciones y especialmente debido a las altas temperaturas que comenzaron a mediados del mes de diciembre.
El viento sur azotó desde el día de Navidad, jornada en la que hubo mucha agua y obligó a cerrar varias pistas. Se han mantenido abiertas cuatro, pero, aún así, la afluencia de público ha continuado siendo buena. «Nos hemos tenido que reinventar, subir a los usuarios en la silla de Rehoyo con los esquís en la mano para que pudieran esquiar en la zona alta, pero estamos contentos de haber aguantado sin cerrar hasta que ha vuelto a nevar y esperando a nuevas precipitaciones», señala el gerente de Valdezcaray. Y es que durante la semana de Reyes se mantuvieron abiertas, entre otras, las pistas de Colocobia, Campos Blancos y la Balsa.
Muchos pueden pensar que la falta de precipitaciones se puede paliar con los cañones, pero como afirma Lladó, «para fabricar nieve se requiere una temperatura de -2,5 grados. A más temperatura, con una humedad del 100% no se puede fabricar nieve, sino agua». «La gente se piensa que es encender los cañones y sale nieve, pero no es así –lamenta–. Debe cumplirse una fórmula entre la humedad relativa y la temperatura».
Según opina Jorge Lladó, el cambio climático está complicando la situación: «En el mismo mes podemos tener grandes nevadas con bajas temperaturas y subidas bruscas, tal y como ocurrió en enero de 2021, cuando se dieron la mínima y la máxima históricas, pasando de -12 a más de 20 grados en pocos días».
Antonio Pérez, de la casa rural Zaldierna, alude también a la falta de nieve, aunque sin olvidar el avance del COVID: «Las Navidades han sido más flojas de lo esperado».
Y de momento, mira al cielo a la espera de que siga cayendo nieve. «La apertura de la estación se nota mucho. Pero si no está abierta, dependemos de muchos factores». Unos factores que se pretenden aprovechar para dar vida a la estación también durante el verano.
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