Después de los andamios, llega la reforma de la torre de Yuso
Ya ha pasado un mes desde que comenzaron las obras para rehabilitar la zona alta de uno de los símbolos regionales
La caída de la torre de la iglesia de Viguera ha servido para poner el foco en la conservación de nuestros monumentos riojanos, muchas veces ... deteriorados por la falta de mantenimiento. Ese problema no lo va a tener el monasterio de Yuso, patrimonio de la humanidad y símbolo regional, que ya cumple un mes desde que empezaron las obras para rehabilitar la torre y su campanario.
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Los trabajos, promovidos por la Consejería de Cultura, tienen un coste de 750.000 euros y se alargarán durante nueve meses. En el primero de ellos, una empresa especializada se ha dedicado a cubrir de andamios toda la edificación. Ese armazón de metal ha dejado una imagen impactante entre vecinos y turistas, aunque no afecta al interior del templo. «Nos ha impresionado mucho verlo así, a pesar de que el tour ha ido con normalidad», cuentan Álvaro y Rocío, una pareja venida desde Valladolid.
Ahora, una vez apuntalada la estructura, llegará el turno de los técnicos de restauración, que tendrán la tarea de absorber la humedad de los muros, reforzar los elementos verticales o sustituir las planchas de madera más deterioradas por el paso del tiempo y el clima adverso.
La reforma y consolidación de la torre no es una idea nueva, pues la aspiración viene desde hace décadas. Pero ha sido ahora, gracias al dinero aportado por la Unión Europea, cuando finalmente ha podido llevarse a cabo. Además, con la intención de sacarle el máximo potencial turístico a Yuso, el campanario será visitable en un futuro. ¿Cómo se hará? Restaurando las escaleras de acceso, el reloj, las campanas o los forjados. Así resultará seguro, accesible y bello a la vista.
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Por último, se creará un museo del español, del que aún no se conocen más detalles. «Informaremos cuando terminen las obras», dicen desde Cultura. Lo que sí que es 'vox populi' es que se utilizarán para ello varias estancias del monasterio actualmente sin uso. La idea es que el museo potencie a San Millán como cuna de nuestro idioma.
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