El calor aprieta con fuerza en estas primeras semanas de mayo, pero los arqueólogos lo soportan estoicamente cuando tienen entre manos las piezas del puzzle de la humanidad. Y es que el yacimiento de Las Medranas, en donde en 2016 salían a luz los restos de un torreón romano y varios lagares, ha vuelto a dar la sorpresa. La semana pasada un nuevo torreón de época medieval era descubierto en el solar, junto a otras estructuras del recinto amurallado de la primera torre, así como nuevos restos de lagares. José Manuel Martínez Torrecilla está al frente de las excavaciones, desarrolladas como fase previa al proyecto de musealización del yacimiento.
– Estos nuevos hallazgos han aparecido en unos primeros sondeos. ¿Qué pasos hay que seguir a partir de ahora?
– Ahora estamos limpiando para poder ver lo que hay. Habrá que hacer una previsión de cuánto puede costar excavar toda la zona y si se pueden integrar dentro del proyecto de musealización de los restos que aparecieron primero.
«Habrá que ver si se pueden integrar dentro del proyecto de Las Medranas»
«Nos permite saber cómo sería el de Portillo de la Rosa recién construido»
– Uno de los aspectos más llamativos de los descubrimientos es que permiten ver en un mismo yacimiento estructuras defensivas de distintas épocas.
– Es interesante ver cómo la primera cerca romana, que es del siglo I d.C., coincide con la cerca medieval, que se realizó más de mil años después. Están rodeando una zona del núcleo original de Calahorra y muestran cómo las cosas pueden cambiar varias veces. El núcleo romano se expandió y esas murallas dejaron de funcionar y se hicieron otras en la calle Cavas. Pasa lo mismo con el núcleo medieval. También llegó un momento que esas murallas dejaron de ser funcionales y se siguió esa misma dinámica de expansión urbana.
– En una primera valoración, ¿qué es lo más relevante del torreón medieval?
– La estructura está muy bien. Este torreón es muy parecido al de Portillo de la Rosa, que también tiene esquinas de sillería, pero que como están al aire se encuentran muy desgastadas. Además, los muros son de canto rodado. Ambos van a ser complementarios. El de Portillo la Rosa nos permite saber cómo podría ser de alto el de Las Medranas y el de Las Medranas nos permite ver cómo sería el de Portillo de la Rosa cuando estaba recién construido. Uno tiene el volumen y el otro, los materiales casi intactos.
– Los nuevos hallazgos han despertado la curiosidad de muchos calagurritanos, que estos días se acercan a la zona.
– Lo cierto es que estamos bastantes expuestos y que tampoco es habitual que aparezcan restos de este tamaño. Por eso cuando salen restos de esta entidad es casi como trabajar en 'Pompeya' (bromea). Las excavaciones suelen ser más modestas. Lo habitual es que aparezca una parte de un muro, que aún así nos da mucha información.
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