Mari Carmen Manso, con el libro 'El teatro en Calahorra', de Félix Manuel Martínez. I.A.

Calahorra

«Recuerdo toda mi infancia en el teatro»

Nieta del primer encargado del Ideal (Ernesto Ortega) e hija del portero y la taquillera, Mari Carmen Manso rememora su infancia en el centenario de la sala

Isabel Álvarez

Calahorra

Domingo, 2 de noviembre 2025, 11:40

Mari Carmen Manso lleva el teatro en la sangre en el sentido más literal de la palabra. Nieta del primer encargado del Ideal en ... Calahorra, Ernesto Ortega, e hija de quienes después fueron portero y taquillera, pasó su niñez entre artistas, decorados y butacas. «Mis abuelos vivían en el mismo teatro y mis padres vivían en la avenida de la Estación, que estaba muy lejos de la escuela donde estudiaba, detrás de Santiago, así que yo me quedaba en casa de mis abuelos entre semana, con lo que recuerdo toda mi infancia en el teatro», explica esta calagurritana, memoria viva del Ideal y que este 2025 está conmemorando su centenario. De hecho, esta semana se ofrecerá en la sala la conferencia 'Historia de los teatros de Calahorra' (jueves, a las 20.00 horas) con José Ibáñez.

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Aunque el Ideal, después de varias remodelaciones (la primera tras su compra por parte de José María Toledo y en 2006), mantiene su esencia, guarda muchas diferencias con el que Mari Carmen recuerda de su infancia. En especial, en la zona donde se encontraba la vivienda de los Ortega. «La puerta por la que se entraba a la casa estaba donde ahora está la taquilla», cuenta del edificio original, que mandó construir en 1925 Alejandro Martínez Salazar. «Después había un vestíbulo por el que entraban los artistas, camerinos («como era un sitio fresco mi abuela guardaba las angulas en Navidad») y el despacho de mi abuelo», prosigue en su recorrido por esta parte del inmueble, en el que «también estaban las escaleras por las que subías a la casa».

Anuncia, Eugenio, Francisca, Ernesto (padre), Marisol y Ernesto. Familia Ortega

Ernesto y Francisca, quien llevaba el ambigú, criaron allí a cuatro hijos: Ernesto, Anuncia (madre de Mari Carmen), Eugenio y Marisol. Para la siguiente generación, la de Mari Carmen, el teatro fue su salón de juegos. «Jugábamos en el vestíbulo, pero si nos apetecía ir al escenario entrábamos a hacer teatro, cantar o jugar a indios y vaqueros», rememora con cierta añoranza. «Jugábamos a lo que veíamos en las películas, porque entones además de teatro era cine», precisa.

«Desde las escaleras (de la vivienda)» veía llegar a las artistas y «cómo se descargaban los baúles, que eran de mimbre»

Mari Carmen no era ajena tampoco al trajín de los días de función, que seguía «desde las escaleras» de la vivienda, invisible a ojos de los adultos. «Todos iban a lo suyo y nadie me veía a mí», se ríe. Desde ahí recuerda ver «llegar a las artistas» y «cómo se descargaban los baúles con los trajes, que eran de mimbre». «Muchas veces llevaban las medias rotas, pero en el escenario, con las luces, se veía perfecto», dice.

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Una fotografía antigua del Ideal. familia ortega y bella. Bella

Al teatro de Calahorra no venía cualquier compañía («el público era muy exigente»), sino que «los artistas eran de lo mejor». «Antonio Machín, Luis Aguilé, Carmen Sevilla...», enumera. «Y de todos teníamos autógrafos y nos dejaban entrar a verlos», añade. Mari Carmen tenía sus favoritos: Juanito Valderrama y Dolores Abril: «Eran divertidísimos con sus coplas de picadillo».

«La puerta por la que se entraba a la casa estaba donde ahora se encuentra la taquilla. Después, había un vestíbulo»

Ella, Marisol y sus dos hermanos, que fundaron Gráficas Ortega («imprimían los carteles del 95% de los teatros y cines de España), se hicieron mayores entre bambalinas sin saber que el destino llevaría a Mari Carmen a trabajar en aquel teatro. Su abuelo ya se había jubilado y la sala había sido adquirida por José María Toledo, quien llevaba además el Cine Lope de vega. «Me había contratado su hermano para trabajar en la oficina del Hostal San Cristóbal, pero por las tardes iba al Lope de Vega y en fiestas, que era cuando había funciones, me encargaba del teatro», explica. En 2008 el cine se cerró («el vídeo hizo mucho daño») y Mari Carmen cerró una etapa dedicada al espectáculo en Calahorra.

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