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Domingo, 4 de marzo 2018, 00:50
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Pues no llovió en el lanzamiento del cohete. Las fiestas de invierno de Calahorra comenzaron el viernes con un ambiente envidiable, meteorológicamente hablando. Sobre todo teniendo en cuenta la nieve y las bajas temperaturas de la semana.
La tarde y la noche fueron diferentes y el agua hizo acto de presencia afectando a la asistencia de público en el encierro, la capea y otras propuestas de la parte final de esta primera jornada que terminó con bastante frío.
El mal tiempo afecta negativamente a cualquier evento al aire libre, e incluso en los que se celebran a cubierto, y en estas fechas el riesgo es constante. Pero la fiesta cada uno la lleva por dentro y por fuera a su manera. Y para muchos, menos mal, la excusa del frío y la lluvia no basta para dejar de disfrutar de los intensos momentos festivos. Son tres días y hay que aprovecharlos.
Bien es cierto que no se puede comparar la actitud del público en marzo con agosto, en plenas vacaciones y con la sensación de calor que anima a salir a la calle.
El viernes pasamos de la tensa calma previa al cohete a la alegría desbordada del chupinazo y desfile de peñas. Es el instante principal, el único que reúne en masa a peñas, cuadrillas de todo tipo, autoridades, grupos de animación, vecinos y visitantes. Luego está la procesión y misa que tuvo lugar ayer, cuando volvió el buen tiempo, pero esta es más selectiva en cuanto a participantes.
En el desfile pude escuchar en algún corrillo decir que faltaba ambiente pero es muy fácil comentarlo desde la acera, 'desde la barrera', mientras se ve a los peñistas con sus charangas recorrer la calle Mártires y Grande durante una hora y media, abrir sus cuartos al público, idear o mantener actos para disfrute de la gente, o hacerse notar en sus habituales rondas de bares con sus colores. Ahí está la fiesta.
Hay que destacar la novedad de utilizar el pabellón Europa para los conciertos, que gana en el sentido de que la mayoría de los que acuden es para ver a las bandas y no por ser zona de paso como la carpa del Mercadal.
El festival de rock gratuito estuvo animado el viernes pero creo que debería haber tenido más apoyo del público. Los tres grupos lo merecían y sobre todo Infamia que ha dado un salto de calidad espectacular y está en plena gira nacional de su nuevo disco. El concierto de ayer de Demarco Flamenco tenía el éxito asegurado con las entradas anticipadas vendidas, siendo un atractivo para Calahorra y sus alrededores y uno de los éxitos del programa festivo.
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