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El casco antiguo de Calahorra, cuesta arriba y cuesta abajo

Su ubicación en una colina hace que el barrio esté plagado de pendientes con referencias a su pasado romano, conocidos vecinos y servicios, como el peso

Isabel Álvarez

Calahorra

Domingo, 7 de septiembre 2025, 09:12

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Son iconos de la zona histórica de Calahorra. Algunas son tan pronunciadas que casi se necesita parar para tomar aliento y otras, como la Curruca, símbolo sin querer de la degradación de un casco viejo con más de 2.000 años de historia, da pena verlas. El caso es que el barrio antiguo de Calahorra está plagado de cuestas. Un hecho que tiene su explicación en el asentamiento de la ciudad en una colina de 358 metros de altitud, que ofrecía ventajas defensivas.

Pero si sus cuestas le imprimen carácter los nombres de las mismas no dejan tampoco de ser peculiares y entrañar curiosidades, como la del Rufo, que conecta por arriba con el Planillo de San Andrés y por abajo, con la Arrabal. ¿Pero quién era 'el Rufo' y por qué este nombre? Se cuenta que en esta calle se encontraba la fragua de un herrero muy popular en la ciudad, que antes de dedicarse a forjar el hierro fue cartero y que se llamaba Rufo.

El calagurritano Félix Manuel Martínez San Celedonio, autor de varias publicaciones sobre la historia y tradiciones de la localidad, lo recoge así en el libro 'Las calles de Calahorra', en el que detalla que el nombre de la Curruca corresponde también al de una vecina que vivía allí. De hecho, Martínez San Celedonio explica que esta calagurritana se llamaba la Churruca y que por degradación de este nombre la cuesta acabó adoptando el de Curruca.

A muy pocos metros de esta se encuentra la Cuesta de la Monjas, que toma su nombre del convento de las madres carmelitas ubicado desde el siglo XVII en su parte baja. Aunque hoy aparece así en el callejero a través de documentación de finales del siglo XII se sabe que anteriormente se denominaba Latronilem o 'calle de los ladrones'.

'La casa de los trucos'

Pero si hay una cuesta de referencia y pronunciada esa es la de la catedral, por la que tradicionalmente pasa la procesión de los Santos Mártires el día de su fiesta. En sus orígenes fue solo un camino que se empleaba para bajar a la catedral, hasta que en 1730 se adecuó su segundo tramo quedando acondicionada por completo. La cuesta entraña también una anécdota curiosa. Y es que casi en su mitad, en torno al año 1738, se instaló la 'Casa de los trucos', que venía a ser una especie de salón de juegos.

Si la fragua del Rufo dio nombre a una de las pendientes entre el Arrabal y el Planillo de San Andrés, otro servicio como el del antiguo horno sirvió para llamar a otras dos cuestas. La primera de ellas sirve de conexión entre la Cuesta de la Catedral y Murallas con la calle Arrabal. En esta zona, como se señala en el libro de Félix Manuel Martínez San Celedonio, existía un horno panadero, documentado en el siglo XVI.

La segunda Cuesta del Horno se encuentra junto a la del Rufo y entronca con las calles Morcillón y Cabezo. Su nombre, evidentemente, proviene de otra panadería más contemporánea que allí existía.

El peso público municipal sirvió de nombre para otra cuesta, la que une Mediavilla con las calles San Antón, Portillo de la plaza y el Caño, mientras que en otras dos ellas hay referencias al pasado romano de la ciudad. Así, la Cuesta del Postigo toma el nombre de una de las cinco puertas de la muralla de Calagurris. Esta vía sirve de unión de Mediavilla con las calles del Caño y Mayor.

Ya en la Cuesta de Juan Ramos, llamada así por uno de sus residentes, se pueden ver restos de la muralla. Por esta pendiente quedan comunicadas las calles San Blas, Eras y Bellavista.

  1. Cuesta de las Monjas

Toma su nombre del convento de las monjas carmelitas que se construyó en el siglo XVII en la parte baja de la cuesta.

  1. Cuesta de la Curruca

Se encuentra en un estado de grave deteriodo. Su nombre puede provenir de una degradación de la Churruca, una antigua vecina.

  1. Cuesta del Peso

Al comienzo de su trazado se encontraba el peso municipal. Conecta la calle Mediavilla con San Antón, Portillo de la plaza y el Caño.

  1. Cuesta de la catedral

Anteriormente era un camino que se empleaba para bajar a pie al templo catedralicio. Como cuesta completa nació en el año 1730. En su mitad, en torno a 1738, existió la 'Casa de los Trucos', que venía a ser un salón de juegos.

  1. Cuesta del Postigo

En lo alto contó con una de las puertas que formaban parte de la muralla romana. Conecta la calle Mayor y del Caño con Mediavilla.

  1. Cuesta del Rufo

Toma su nombre de un herrero que contaba en esta calle con una fragua. Anteriormente, se llamaba Cuesta de San Andrés.

  1. Cuesta del Horno

Conecta la Cuesta del Rufo con las calles Morcillón y Cabezo. Su nombre se debe a un horno panadero que existía en esta calle.

  1. Cuesta de Juan Ramos, quien tenía allí su casa

En la parte baja de la cuesta se ven los restos de un paño de la muralla.

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