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Arriba, señal de la Ruta del Ebro a su paso por Calahorra. Abajo, Miguel Espinosa con un peregrino en la terraza del albergue, y Gloria Pérez y Estrella Santolaya en el humilladero del siglo XVI. :: i. á.
Calahorra peregrina por el buen Camino

Calahorra peregrina por el buen Camino

Calahorra, en la Ruta Jacobea del Ebro, ha recibido en lo que llevamos de año a un total de 166 caminantes

I. ÁLVAREZ

Domingo, 3 de junio 2018, 00:03

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Cada uno camina por un motivo. Por eso peregrinar hasta la tumba del apóstol es una experiencia única para los cientos de miles de personas que llegan cada año a la catedral de Santiago por las diferentes rutas jacobeas que atraviesan España. En el año 2017 lo hicieron más de 300.000 peregrinos. Algunos de ellos eligieron recorrer parte de su camino en compañía de un gran río como es el Ebro. La Ruta Jacobea del Ebro, que comienza en Tortosa y finaliza en Logroño para enlazar con el Camino Francés, recorre en su tramo riojano las localidades de Alfaro, Rincón de Soto, Calahorra y Alcanadre.

En Calahorra, un total de 166 peregrinos se han alojado en lo que llevamos de año en su albergue. «Habitualmente suelen llegar a mediodía. Se les recibe con una sonrisa y una apretón manos, ya que llegan muy cansados, y la mayoría de las veces, solos», explica Miguel Espinosa, responsable del albergue de Calahorra, junto al convento de San Francisco.

La soledad es para muchos algo necesario en su camino. «Hay quienes buscan reencontrarse consigo mismo.; otros lo hacen por una promesa o porque un familiar ha superado una enfermad», añade Espinosa, para quien una de las grandezas de esta experiencia reside en el hecho de que «aunque el peregrino se aísla del mundo, lo comparte todo».

Y es que una de las paradojas del Camino de Santiago es que muchos peregrinos hacen solos su ruta, pero acaban conociendo a verdaderos amigos. Da igual el idioma, el lugar de origen o sus creencias, las amistades se mantienen para siempre. La calagurritana Estrella Santolaya lo corrobora en su relato. En los 12 años que lleva recorriendo las distintas rutas hasta Santiago ha conocido «a personas encantadoras». Una de las amistades más especiales que mantiene es con una chica coreana, que «viajará el 15 de junio a Calahorra para volvernos a ver», dice sonriente Estrella, que en la última década ha comprobado cómo ha crecido el 'camino' tanto en número de peregrinos como de infraestructuras. «Cuando comencé, en Foncebadón (León) había 7 casas. Hoy tiene cien y cuatro albergues», comenta.

El albergue de Calahorra es también relativamente reciente. Se inauguró a finales de marzo del 2004, años después de que la calagurritana Gloria Pérez fundase la asociación Peregrinos del Señor Santiago de Galicia para difundir el tramo riojano de la Ruta Jacobea del Ebro. «Empezamos en el año 1993, cuando vi que Calahorra (con notables motivos jacobeos como el humilladero, el voto de Santiago en la catedral o la iglesia dedicada al apóstol) no estaba en el Camino de Santiago», recuerda la presidenta de la asociación sobre sus inicios. A partir de entonces y de «conocer que Calahorra estaba en la ruta del Ebro descubrí que había asociaciones que estaban señalizando el camino del Ebro».

A por el Bien de Interés

En el año 1997, después de una importante labor de investigación y documentación, surgió la asociación, ahora con más de 300 socios. Jornadas de divulgación, publicaciones, marchas o señalización han sido una constante en la labor de esta entidad, que lucha ahora porque el tramo riojano de esta ruta sea declarado Bien de Interés Cultural, para que «esté protegido y se pueda promocionar más», defiende Gloria Pérez

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