El peatón gana terreno en la plaza del Raso

La ejecución de los trabajos comenzarán probablemente en octubre y se extenderán durante al menos tres meses. La iniciativa es en principio bien recibida por el comercio y asociaciones vinculadas a esta significativa plaza del casco antiguo calagurritano, aunque con algunos matices.

«Todo lo que sea mejorar el casco histórico está bien que se haga, pero creo que antes que actuar en el Raso hay que hacerlo en otras zonas», sostiene el presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Calahorra, Mario Herreros, señalando la plaza de la Verdura como uno de los espacios que requieren una intervención con una mayor urgencia. Por otra parte, Herreros opina que «antes de hacer una reforma, por muy pequeña que sea, se debería consultar a los sectores implicados, como en este caso comerciantes, hotelería y vecinos, para conocer su opinión, aunque la última palabra la tenga el Ayuntamiento».

Pedro Puerta, propietario de un comercio en la plaza, también considera que «hay otras cosas más prioritarias porque el Raso no está tan estropeado». En su opinión ampliar el espacio peatonal «no va a favorecer mucho al comercio» puesto que ello implica «la eliminación de plazas de aparcamiento y la gente está acostumbrada a ir a comprar en coche», sostiene.

El hostelero Vicente Gómez defiende la actuación, pero considera que debería ampliarse a toda la plaza. «Todo lo que sea mejorar el Raso me parece de maravilla, pero pregunto por qué no puede ser todo peatonal», apunta este hotelero que considera excesivo el gasto en mobiliario. «No están los tiempos para gastarnos 3.000 euros en un banco», dice.

Mónica Lorente, presidenta del mercado de abastos, ubicado en el Raso, se muestra muy optimista con la semipeatonalización. «Es muy positivo para el comercio y vamos a ver una plaza distinta», afirma a la vez que invita a la población a «pasear más» para conocer el comercio del casco antiguo.